Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.

EL HEALING, EL REIKI Y LOS MÉTODOS ORIENTALES DE CURACIÓN

EKEV 5784

EL HEALING, EL REIKI Y LOS MÉTODOS ORIENTALES DE CURACIÓN

 

Hay quienes sostienen que un judío tiene prohibido curarse a través de estos métodos porque se basan en concepciones idolátricas. @ Según la opinión de los que detentan la postura flexible, estos métodos de curación no implican un aspecto idolátrico. @ En la práctica, la opinión principal es de acuerdo con quienes consideran que el healing y el reiki no están prohibidos. @ En los tratamientos de medicina alternativa no se debe permitir la profanación del Shabat o la ingestión de alimentos prohibidos. @ Es correcto no tentarse de ir tras rumores no fundamentados o estados de ánimo cambiantes.

Una vez que una persona llega a la conclusión de que la medicina alternativa puede traer alivio a su afección o a sus padecimiento, no tiene prohibido recurrir a ella, a condición de que no haga cosas que según la medicina convencional son peligrosas para la salud, ya que, en caso de contradicción entre ambas disciplinas, es preciso actuar en conformidad con la medicina convencional ya que esa es la opinión mayoritaria de los médicos.

Pregunta: ¿Se puede según la Halajá curarse a través de sanadores que utilizan técnicas de healing o reiki?

Primeramente, una introducción sobre estos métodos: El vocablo inglés healing significa sanación y curación, y se refiere a un conjunto de técnicas médicas basadas en las doctrinas del oriente, el budismo y el taoísmo, siendo la más conocida de estas en Israel la del reiki, y también esta disciplina tiene distintas ramificaciones. Según los sanadores que emplean estas técnicas, se puede hacer fluir fuerza de sanación proveniente de la energía cósmica por medio de la colocación de la mano del terapeuta sobre el sitio afectado, sin tocarlo, y de esa manera le dan fuerza al cuerpo y le devuelven el equilibrio natural para que este pueda sobreponerse a sus afecciones y a sus padecimientos. Hay incluso curadores que sostienen que ellos pueden enviar energía curadora a personas que se encuentran a gran distancia de ellos.

Estas técnicas no son aceptadas por el establishment médico convencional, el cual se basa en investigaciones sistemáticas según las cuales no hay sustento científico para la medicina basada en el healing y en el reiki. Por ello, según la opinión ampliamente mayoritaria de los médicos estas técnicas no pueden curar salvo por la influencia psicológica que ejercen, la cual sí puede tener un efecto curativo (el llamado «efecto placebo»). Por otra parte, de todas maneras, no pocas personas de los diferentes estratos de la sociedad sostienen que lograron aliviarse de sus padecimientos y de sus afecciones por medio de curadores que practican el healing y el reiki.

La opinión que prohíbe estas prácticas

Hay quienes sostienen que un judío tiene prohibido curarse por medio de estas técnicas porque se basan en concepciones de mundo idolátricas, ya que la energía cósmica por medio de la cual sostienen curar es denominada por ellos como “Chi”, que según ellos es la fuerza espiritual que vivifica el mundo. Incluso la terminología que estos curadores emplean es idolátrica, así como también los mantras y los pedidos de ayuda que algunos de los curadores recitan previo al tratamiento, todos ellos invocan de hecho a deidades paganos.

Además de ello, dado que según la ciencia médica estos métodos son engañosos y fueron establecidos sobre la base de una concepción de mundo idolátrica, recae sobre sobre estos la prohibición de “no te conducirás por el camino del amorreo”. Así también se escribió en los folletos Al Tifnú el Haelilim (“No os dirijáis a las deidades paganas”); Lo Kesem BeIsrael (“No hay encantamiento en Israel”), en Vaia’an Yosef (“Y así habló Yosef”) (Tzabari) 1:22 y en Vaia’an David (“Y respondió David”) (Weiss) 6:25.

La opinión de los que permiten estas prácticas

Según la opinión de los que detentan la postura flexible, estos métodos curativos carecen de carácter idolátrico ya que la fuerza “Chi” es una idea general de fe respecto de la fuerza de la vida que se encuentra en todos los seres y ello no implica una materialización idolátrica. Si bien entre los habitantes del oriente hay quienes creen que esta fuerza es parte de su cosmovisión y fe idolátrica, no obstante, no es necesario asociar la fuerza del «Chi» a una fe pagana. Y si bien en un inicio estos métodos curativos surgieron entre personas que detentaban creencias paganas, dado que en la práctica los curadores no creen en estas deidades y dado que el proceso de curación no implica la celebración de un ritual idólatra, recae sobre ellos la regla según la cual “todo aquello que sirve para curar no tiene nada de camino del amorreo” (Tratado de Shabat 67(A)). Esto es así ya que la prohibición de ir por el camino del amorreo recae sobre aquellas costumbres que carecen de un motivo salvo el ser parte de la tradición aceptada de religiones extrañas, al tiempo que, en nuestro caso, se trata de procedimientos que se efectúan con la finalidad de curar, y no como parte del cultivo de una tradición extranjera. Tal como escribiera el Rashba (1:413), incluso cuando estas tradiciones curativas estén embebidas en cuestiones de idolatría, no es preciso eliminar cosas que no implican un culto pagano si están destinadas a curar, tal como utilizamos la ciencia que está escrita en los libros de los filósofos, los cuales incluyen también contenidos que están reñidos con la Torá.

No es preciso que los curadores por medio de estas técnicas le presenten a los sabios de la Torá demostraciones de que son efectivas, porque estos no precisan decidir en preguntas médicas, revisar todas las investigaciones ni saber en qué medida son fehacientes, sino que solamente tienen que analizar si los curadores y sus clientes consideran a la práctica en cuestión una terapia médica o una tradición ritual, y en caso de considerarse medicina, no recae sobre esta prohibición alguna.

La Halajá es conforme a la opinión de los que permiten estas terapias

En la práctica, la opinión principal para la Halajá es la que está de acuerdo con quienes consideran que las terapias del healing y el reiki no están prohibidas, pues el tratamiento pasa a estar vedado solamente cuando se sana por medio de la idolatría. Asimismo, está prohibido curar a través del uso de encantamientos que influyen sobre el devenir de las cosas en el mundo por medio del uso de las fuerzas de la impureza y de ángeles destructores (malajei javala). No obstante, cuando la intención  o la motivación de los curadores y la de los pacientes es de tipo médica, sin recurrir o apelar al uso de la idolatría o de la brujería, aunque intenten influir sobre la afección de un modo espiritual, ello estará permitido (esto es lo que surge de los dictámenes halájicos de Rabí Yeshiahu Di Terani sobre el Tratado de Sanedrín 65(A), Rashba 1:413, Derashot Harán 4, Meiri al Tratado de Shabat 67(B), Rambám Moré Nevujim III:37, Radbaz 5:63, Sefer Hajinuj 62, y así también escribieron el Rabino David Shor en su libro “Harefuá Hamashlimá Bahalajá” y el Rabino Rafael Shemarla en su libro “Ki Aní HaShem Rofeja”).

Sin embargo, en los tratamientos de medicina alternativa no se debe permitir la profanación del Shabat o la ingestión de alimentos prohibidos, ya que en esta cuestión procedemos de acuerdo con la opinión mayoritaria de los médicos y la de los expertos más renombrados. En efecto, resulta claro que de acuerdo con la medicina convencional estas opiniones son mayoritarias, y además de ello, los médicos convencionales son considerados los mayores expertos en este tema, ya que sus posturas se basan en investigaciones científicas metódicas (ver Pninei Halajá Yamim Noraím 8:4:5).

Los métodos de “un cerebro” (moaj ejad) y “el péndulo” (metutelet)

Pregunta: ¿Está permitido curarse por medio del método de “un cerebro” o a través de la técnica del péndulo?

Respuesta: Previo a la explicación de la halajá en cuestión, quisiera referirme a estos métodos. Quienes curan por medio del método de “un cerebro” (kinesiología aplicada) entienden que el cuerpo del hombre, en su plano subconsciente, conoce la raíz de los problemas que lo aquejan, y por ello, cuando se le formulan preguntas a un paciente, según las reacciones de sus músculos cabe saber qué de sus palabras es realmente verdadero y qué falso, y de esa manera se consigue ubicar la raíz de los problemas médicos y psicológicos de los que padece y el momento en el cual estos comenzaron a desarrollarse, y de esa manera, es posible ofrecer soluciones de tipo médicas.

El péndulo: quienes curan con este método acostumbran a sostener en su mano un hilo al cual le atan una piedra o un trozo de metal, y mientras se concentran -evitando mover sus manos- le formulan preguntas al paciente, y según los movimientos del péndulo -que tienen lugar de manera inconsciente- es posible descifrar cuál es la enfermedad y cuál es su cura.

Quienes creen en estos métodos describen casos de pacientes en los que el sistema médico convencional no consiguió identificar el origen de sus problemas, al tiempo que sanadores que empelaban estas técnicas sí lograron dar con el diagnóstico. A veces, estos terapeutas envían a los pacientes a un tratamiento médico convencional, reforzando su terapia con remedios alternativos, y otras veces, ellos mismos brindan el tratamiento médico que consideran necesario.

La opinión de quienes lo prohíben

Hay quienes entienden que está prohibido acudir a quienes curan por medio de estas técnicas, ya que según la opinión del establishment médico y la mayoría de los doctores estos métodos carecen de base empírica, y todos los argumentos de estos curadores en cuanto que han ayudado a sus pacientes, en el mejor de los casos se trató de una influencia psicológica positiva (efecto placebo), y en el peor de estos, no sirvieron para nada y se trata de mentira y engaño. Resulta entonces que quien recurre a estos terapeutas deja de lado la observancia del precepto de curar su cuerpo, y erra al recibir tratamientos imaginarios, carentes de todo efecto. Más aun, recurrir a métodos falsos deforma el pensamiento del ser humano y esto lo lleva a equivocarse en la comprensión de la Torá y su guía.

Esto y más, según la opinión d ellos que detentan la postura estricta se trata de la prohibición de la Torá de recurrir a la “magia” (isur kosem) que está vinculado a la adivinación del futuro de cuestiones ocultas por medio de diferentes acciones, que ayudan al individuo a ingresar en un estado de conciencia meditativo que le permite conocer lo oculto. Tal como escribiera el Rambám (Hiljot Avodá Zará 11:6): ¿Quién es un mago? Aquel que hace cosas para aquietarse y su pensamiento se aparte de todas las cosas hasta que diga… que corresponde hacer así o asá o cuídense de esto o aquello. Hay magos que recurren al uso de arena o piedras… y hay quienes miran en un espejo de hierro o en una lámpara, imaginan y dicen, y hay quien sostiene en su mano un palo y se apoya en él y golpea con él hasta que su pensamiento se aleja y entonces habla…”.

La halajá final es de acuerdo con la opinión de los que permiten

Sin embargo, tal como se ha explicado en lo que respecta al healing y al reiki, si bien es muy probable que el establishment médico tenga razón, y si bien es posible que estas terapias no sirvan para nada, no está prohibido recurrir a ellas. Esto se debe a que quienes sanan por medio de estas técnicas no precisan demostrar científicamente que estas resultan de provecho para que se pueda recurrir a ellas, y alcanza con que quienes recurren a su ayuda lo hagan como terapia y no para cumplir con un ritual. Por ello, nuestros sabios autorizaron (Mishná, ídem) recurrir al uso de un diente de zorro y de un clavo del crucificado a los efectos de curarse, aunque estas son medicinas de tipo sobrenatural que los judíos aprendieron de los gentiles, y surgieron y se desarrollaron a partir de concepciones de mundo idolátricas. Tal como dijeran nuestros sabios (Tratado de Shabat 67(A)): “Todo aquello que sirve para curar no tiene nada del camino del amorreo”.

Ello no implica transgredir la prohibición de recurrir a la magia, pues los encantamientos prohibidos son aquellos que están destinados a augurar el futuro, y la Torá prohibió intentar adivinar el porvenir recurriendo al uso de fuerzas espirituales, pues ello se contradice con la fe íntegra (emuná temimá). Sin embargo, aquí se trata de un diagnóstico médico, y por ende, recae sobre este el principio de que “todo aquello que sirve para curar no tiene nada del camino del amorreo” (así escribió el Rashba 1:413).

Tampoco es labor de los sabios de la Halajá el librar las batallas del establishment médico en contra de los sanadores alternativos. Y si bien parecería que la medicina convencional está en lo cierto en la mayoría de lo que dice, es posible que estas curas alternativas influyan en el plano psicológico. Y es también probable que, a pesar de los numerosos éxitos de la medicina tradicional en las diversas áreas, haya cuestiones que aún no entendió, y puede ser que en el futuro la investigación científica demuestre que en algunas cuestiones los curadores alternativos efectivamente estaban en lo cierto.

Resumen práctico de la halajá

En la práctica, no está prohibido curarse por medio del uso de técnicas provenientes de la medicina alternativa tales como el healing, el reiki, un cerebro, el péndulo, la homeopatía y similares. Sin embargo, en los tratamientos de medicina alternativa no se debe permitir la profanación del Shabat o la ingestión de alimentos prohibidos, ya que esta cuestión nos conducimos de acuerdo con la opinión mayoritaria de los médicos y de los mayores especialistas. En efecto, resulta claro que los médicos convencionales son la mayoría, y, además, son considerados los mayores expertos en sus respectivas áreas, ya que sus conocimientos se basan en la investigación científica metódica. No obstante, si el paciente está convencido de que su vida puede salvarse por medio de la medicina alternativa, tendrá permitido profanar el Shabat e ingerir alimentos prohibidos por orden de sus curadores (Pninei Halajá Yamim Noraím 8:4:5).

No obstante, es bueno que la persona no se tiente a ir tras rumores no fundamentados o estados de ánimo cambiantes, y analice sus pasos de manera lógica. Sin embargo, una vez que una persona llega a la conclusión de que la medicina alternativa puede traer alivio a su afección o a sus padecimientos, no tiene prohibido recurrir a ella, a condición de que no haga cosas que resulten peligrosas para la salud según la medicina convencional, ya que, en caso de contradicción entre ambas disciplinas, es preciso actuar en conformidad con la medicina convencional, ya que esa es la opinión mayoritaria de los médicos sobre la base de la experimentación sistemática (ver Shulján Aruj Oraj Jaím 618: 2-4).

 

 

 

 

 

 

 

 

כתבות נוספות באתר:

VAETJANÁN 5784

VAETJANÁN 5784 No abandonen mi Torá   La destrucción de nuestro país no tuvo lugar solamente por no haber escuchado la voz

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *