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KEDOSHIM 5784

El Rav Jaim David Halevi – A 26 años de su fallecimiento

Ya de pequeño se vio atraído al estudio de la Torá y se mantuvo cercano a los eruditos que residían en su barrio.

El Rav Jaim David apoyó al movimiento sionista que se ocupaba de la observancia de los preceptos de poblar la tierra de Israel y combatir en defensa de la nación y el país.

Ejerció como Gran Rabino de la ciudad de Rishón Letzión durante veintidós años.

Al ver que muchos judíos carecían de conocimientos de Halajá comenzó a impartir numerosas clases en la materia que se tornaron la base de su gran e importante libro “Makor Jaím”. Desde el año 5733 (1973) y hasta su fallecimiento en el 5758 (1998) sirvió como Gran Rabino de la ciudad de Tel Aviv.

Desde 1973 y hasta su fallecimiento en 1998 fue el Gran Rabino de la ciudad de Tel Aviv. Su ubicación fija era en la sinagoga «Ohel Mo’ed» pero se impuso a sí mismo un orden de visitas en Shabatot de modo tal que pasaba periódicamente por todas las sinagogas sefaradíes de la ciudad, desde Yafo en el sur hasta los barrios del norte. También el público educado reconocía la amplitud de sus conocimientos por lo que el Rav Halevi era invitado a disertar en congresos médicos, jurídicos y académicos.

5684 – 5758 (1924-1998)

En estos días, el ‘Instituto Editorial Har Berajá’ publica una nueva edición de los libros de responsa de uno de los grandes eruditos de la generación pasada, el Rav Jaim David Halevi, de bendita memoria, titulados “Asé Lejá Rav” (‘Fija para ti un rabino’) y “Maim Jaim” (‘Agua de manantial’). Se trata pues de una circunstancia oportuna para contar un poco sobre su biografía.

El Rav Jaim Davi Halevi (18 de Shevat 5684 – 12 de Adar 5758 – 1924-1998) nació en Jerusalém en el seno de una familia que había inmigrado de Turquía. Sus padres eran temerosos del cielo, su papá tenía un oficio y fue cantor litúrgico fijo durante décadas.

Se cuenta que un día una pareja entró al tribunal del Rabino Shalom Hadaia y presas del llanto le pidieron que los divorciara. Si bien se querían el uno a la otra, ya llevaban casados diecisiete años y no habían podido tener hijos. Tras rezongarlos por ocurrírseles semejante idea, el rabino los mandó de regreso a su casa bendiciéndolos con que el año entrante tendrían familia, y en efecto, así fue. El hijo que nació fue el Rav Jaim David Halevi. El Rabino Shalom Hadaia fungió como jefe del Tribunal Rabínico de la Congregación Sefaradí y fue jefe de la Yeshivá de Cabalistas “Beit El” (su hijo, el Rav Ovadia Hadaia, autor del libro “Yaskil Avdí”, siguió sus pasos como juez rabínico y jefe de la Yeshivá de los Cabalistas).

Sus estudios en la Yeshivá Porat Yosef

Ya de pequeño sintió atracción hacia el estudio de la Torá y se mantuvo cercano a los eruditos que residían en su barrio “Ohel Moshé”, el Rabino Ben Tzión Koyanka autor del libro “HaMeasef”, el Rabino Shalom Hadaia, el Rabino Ben Tzión Pardés y otros. El rabino del barrio, el Rav Koyanka, siguió de cerca el crecimiento del pequeño Jaim David y se dedicó a instruirlo. Una vez, cuando lo vio correr jugando junto a los niños, lo llamó y le dijo: “Jaimico, tú eres un estudiante de yeshivá, no precisas jugar con ellos”. El pequeño Jaim aceptó sus palabras de buena gana.

Los residentes del barrio enviaban a sus hijos al colegio “Alliance” para que allí estudiaran materias curriculares seculares y pudieran así adquirir una profesión. En efecto, los vecinos les dijeron a sus padres: “Mándenlo al colegio “Alliance”, allí podrá aprender una profesión y podrá ser funcionario del correo”. Sin embargo, a instancias de la recomendación del Rabino Koyanka, al alcanzar la edad de nueve años sus padres lo enviaron a la Yeshivá Porat Yosef donde estudió por más de quince, ordenándose allí como rabino y como juez rabínico (daián).

Sionismo

El jefe de la Yeshivá Porat Yosef, el Rav Ezra Atíe, apoyaba al partido “Agudat Israel” y se mantenía alejado de las discusiones respecto del sionismo, pero el Rav Uziel, que en ejercicio de su cargo como Gran Rabino Sefaradí (Rishón Letzión) fungía como presidente de la yeshivá, apoyaba al sionismo con todo su corazón. La mayoría de los alumnos de la yeshivá siguieron el camino del Rav Atíe y no se ocupaban de los preceptos nacionales, sin embargo, algunos de estos seguían al Rav Uziel, entre ellos estaban el Rav Jaim David Halevi y el Rav David Shlush (rabino titular de la ciudad de Natania). En Shabat, el Rav Uziel solía dar una clase sobre el libro “El cuzarí” y ellos se contaban entre los asistentes. El Rav Atíe prefería que no asistan y por ello fijó otra clase a la misma hora y les pidió que participasen de ella. Entonces, el padre del Rav Jaim David Halevi intercedió y le pidió al Rav Atíe que no impidiera a su hijo asistir a las clases del gran erudito, el Rav Uziel. De todas maneras, el vínculo cálido del Rav Atíe con sus alumnos se mantuvo y él mismo ordenaría al joven Jaim David como rabino y juez rabínico.

A propósito, la gran mayoría de los rabinos sefaradíes, entre ellos, los que vivían en el barrio de los Halevi como el Rav Koyanka, el Rav Hadaia y el Rav Pardés eran partidarios del sionismo.

El Rav Jaim David HaLevi se mantuvo fiel a la postura de los rabinos de su barrio. Al igual que ellos, apoyó al movimiento sionista que se dedicaba al cumplimiento de los preceptos de habitar la tierra de Israel y luchar en defensa del pueblo judío y su tierra. Al igual que ellos, veía con buenos ojos el estudio de las ciencias y las lenguas extranjeras. Esta postura se vio reforzada a raíz de sus estudios con el Rav Uziel. A instancias suyas, se dedicó también al estudio de la fe, lo cual se pone de relieve en sus libros. Bajo influencia del Rav Uziel, estudió inglés y amplió su formación en el “Seminario Mizraji”.

Desde el 5702 (1942), cuando contaba con dieciocho años, fue activista en el movimiento juvenil HaMizraji en Jerusalém. Durante un breve período se entrenó en el marco del movimiento clandestino «Etzel» y durante la Guerra de Independencia, en el año (5708) 1948, fue parte del batallón “Tuvia”, en el cual sirvieron alumnos de yeshivot los cuales durante el día estudiaban Torá, y por la noche, se dedicaban a hacer guardias y construir fortificaciones.

Casamiento y rabinato

Cuando tenía veinticinco años, en el 5709, se casó con Miriam, la nieta del Rabino Vaknin de Tiberias. Durante la semana posterior al enlace (Sheva Berajot) fue nombrado rabino de los barrios Mei Nafotaj y Romema y a la vez comenzó a fungir como secretario personal del Gran Rabino Sefaradí, el Rav Uziel. En el marco de esa labor colaboró también en la transcripción y la edición de los libros de responsa del Rav Uziel reunidos bajo el título “Mishpatei Uziel” así como también de los artículos y las disertaciones que fueron compilados en “Mijmenei Uziel”. Respecto de los años que pasó junto al Rav Uziel, dijo que fueron “los más bonitos de mi vida”. Tiempo después, al ocupar su posición como juez rabínico, el Rav Haleví dijo de sí mismo: “Ante mí siempre estuvo presente la imagen el Rav Uziel. Él jamás se salió de sus casillas, incluso cuando lo humillaban personalmente. Tampoco cuando una mujer que salió de la sala del tribunal le escupió en la cara”. Agregó: “Como su secretario personal lo vi de cerca y lo conocí en su conducta habitual… en la casa del Rav Uziel descubrí a nuestro maestro el Rav, de bendita memoria, como un noble de la fe que se conduce con amorosa humildad con todos los miembros de su hogar, incluido el personal de servicio. Allí se puso de manifiesto la grandeza de su alma pura en todo su esplendor”.

Rabino de Rishón Letzión

Pasados dos años junto al Rav Uziel fue elegido rabino titular de la Comunidad Sefaradí de Rishón Letzión y posteriormente ascendió al cargo de Gran Rabino de esa ciudad. Ejerció la función durante veintidós años (5711-5723 / 1951-1973). Al ver que muchos judíos carecían de conocimientos de Halajá, comenzó a impartir numerosas clases en la materia que se tornaron la base de su gran e importante libro “Makor Jaím” (en cinco tomos), en el cual el rabino explica la Halajá a los descendientes de todas las congregaciones y prologa las leyes con contenidos cargados de pensamiento judío, fe y una gran dimensión espiritual.

Cuando su hija Nitzjiá (casada con el Rav Shlomó Levi de la Yeshivá Har Etzión) llegó a la edad liceal, esta le pidió estudiar en un colegio secundario en la ciudad de Rejovot que le resultaba más apto del punto de vista de los estudios religiosos, académicos y también en los aspectos sociales. Cuando se supo en Rishón Letzión que el rabino titular pensaba enviar a su hija a estudiar a otra localidad, se dirigieron a él y le dijeron que si ello ocurría se verían en la necesidad de cerrar el colegio secundario religioso de la ciudad que era poco exitoso y carente de atractivo para la juventud local. El rabino lo pensó largamente y al final de cuentas decidió enviar a su hija al colegio secundario de Rishón Letzión.

Rabino titular de la ciudad de Tel Aviv

Desde el año 5723 y hasta su fallecimiento en el 5758 (1973-1998) fue el Gran Rabino de la ciudad de Tel Aviv. Su ubicación fija era en la sinagoga Ohel Mo’ed, pero se impuso a sí mismo un orden de visitas en Shabatot de modo tal que pasaba periódicamente por todas las sinagogas sefaradíes de la ciudad, desde Yafo en el sur hasta los barrios del norte. También el público educado reconocía la amplitud de sus conocimientos, por lo que el Rav Halevi era invitado a disertar en congresos médicos, jurídicos y académicos.

Sobre su labor como presidente del tribunal rabínico, el Rabino Tzimbalist nos cuenta: “En su función como presidente del tribunal se pusieron de manifiesto la agudeza de su pensamiento, la rapidez de su comprensión, la lógica diáfana de su mente y la claridad por medio de las cuales sobresalía, tanto al expresarse oralmente como por escrito. Sus sentencias eran una obra prodigiosa. Escribía de una vez, sin anotar demasiado ni demasiado poco, justo lo que se necesitaba. No escribía para luego borrar y volver a anotar, sino que la sentencia quedaba lista en la primera escritura y podía ser llevada a la imprenta”.

Palabras del Rav Maor Kayam en el prólogo al libro

En el prólogo a esta nueva edición, el director del Instituto Editorial Har Berajá, el Rav Maor Kayam Shlita, escribió lo siguiente: “A D’s gracias el Instituto Editorial Har Berajá tiene el privilegio de volver a publicar los doce tomos de la responsa del Rav Jaim David Halevi, de bendita memoria, nueve tomos de la responsa “Asé Lejá Rav” y tres de la responsa “Maim Jaím”.

“La Torá del Rav Jaim David Halevi es sumamente singular. Se caracteriza por razonamientos profundos, agudos y un pensamiento recto producto de un largo estudio a fondo de los temas en cuestión y de todos sus vericuetos, escritos en un lenguaje claro y fluido, al grado de que los asuntos más complejos parecen extremadamente sencillos y a veces, a ojos de quienes los estudian, sencillos en demasía. Pero así lo deseaba el Rav Halevi, que sus respuestas fuesen claras y amenas para quien desease estudiarlas. Desde ese punto de vista, el Rav no veía diferencia entre los libros de responsa y la serie de libros de dictámenes “Makor Jaím”.

“Por lo general, con el correr del tiempo, los libros de responsa se vuelven menos relevantes ya que naturalmente las preguntas formuladas que los motivaron se referían a una realidad que fue actual en su momento pero que con el paso de las generaciones dejó de serlo. En virtud de ello, las respuestas dadas también procuraron dar respuesta a los desafíos del momento, y por ende, lo que sirve estudiar son los principios generales de la Halajá y del dictamen de las sentencias halájicas así como también analizar en profundidad el método jurisprudencial empleado por el autor de la responsa. No es ese el caso del Rav Jaim David Halevi, de bendita memoria. Creo que puede decirse que con el correr de los años sus respuestas se tornaron incluso más relevantes que cuando fueron escritas, ya que los desafíos de su época se profundizaron y agudizaron desde entonces y hasta el presente. La necesidad de enfrentarse en profundidad con interrogantes relativas a la moral y a la Torá, al individuo y a la comunidad, al sentido de los preceptos y a las cuestiones nacionales se va agudizando con el correr de los años.

“Al igual que sus rabinos que le antecedieron -con el Rav Been Tzión Jai Uziel, de bendita memoria, a la cabeza- el Rav Jaim David Halevi, de bendita memoria, vio en el establecimiento del Estado de Israel y en su afianzamiento el inicio del florecimiento de nuestra redención (reshit tzmijat gueulatenu). Por ello, muchas de sus ideas se ocupan de los desafíos que el Estado de Israel enfrenta y las pruebas a las que nosotros como pueblo nos vemos avocados al procurar materializar las palabras de la Torá a nivel nacional.

La atención a la lógica y a la moral interior de la Torá fueron siempre el hilo conductor del rabino a la hora de escribir respuestas a quienes lo consultaban. Por lo tanto, no solo respondía puntualmente ante preguntas vinculadas a casos particulares, sino que recurrentemente se explayaba a cuestiones de índole más general y vinculados a la ética, abarcando así temas enteros. Nos da la sensación de que esas respuestas fueron escritas con la intención inicial de que tuvieran la forma de «obra inconclusa», para instar a quienes las estudiasen a seguir profundizando en los principios éticos y lógicos de la Torá.

“Tras no pocos años en los cuales resultaba imposible conseguir los libros, se dirigieron a nosotros familiares del Rav para analizar la posibilidad de reimprimirlos a través del Instituto Editorial Har Berajá. Juntos, vimos que además de la necesidad de volver a publicarlos, también era preciso completar las notas a pie de página, revisar los textos de manera transversal y detallada, así como también dirigir al lector a respuestas suplementarias que se ocupan del mismo tema o de otros cercanos a este, para completar así la imagen en lo que respecta a la opinión del Rav sobre esa cuestión. Asimismo, nos hemos dado cuenta de que resulta necesario agregar un índice que vaya de acuerdo con el orden de los incisos del Shulján Aruj. A D’s gracias, actualmente, tras una ardua labor y haber efectuado miles de revisiones y correcciones, los doce tomos salen editados en cuatro volúmenes con una terminación de alta calidad.

La rabanit Guila Amitai

La principal impulsora de esta nueva edición es su hija, la Rabanit Guila Amitai, esposa de mi amigo el Rabino Ajiá Shlomó, rabino titular del Kibutz Sdé Eliahu.

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