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LA ENTREGA DE LA TORÁ – UNA REVOLUCIÓN MORAL PARA EL MUNDO

NASÓ 2023

LA ENTREGA DE LA TORÁ – UNA REVOLUCIÓN MORAL PARA EL MUNDO

 

La entrega de la Torá al pueblo de Israel vino a reparar a un mundo que estaba sumido en la esclavitud, el incesto y la injusticia.

Con el desarrollo del mundo moderno las injusticias se atenuaron, no obstante, la humanidad sigue aun embarcada en la búsqueda de significados profundos, búsqueda a la que la Torá puede ofrecer una respuesta.

La alegría completa en Shavu’ot se manifiesta por medio de una combinación de comida, bebida y estudio de la Torá.

Leyes referentes a Eruv Tavshilín.

 

Encontramos que hay muchas personas que no logran mantener una vida de pareja fiel, amorosa y alegre. Muchas otras se sienten frustradas por su trabajo y no le encuentran significado a lo que hacen. Los valores comúnmente aceptados como la justicia y la igualdad, las necesidades individuales y las sociales, las grupales y las nacionales colisionan unos con otros constante e irremediablemente. En la sagrada Torá encontramos una guía y propuestas de solución a todas estas profundas interrogantes, y en caso de que no la hallemos, la carencia está en nosotros, en quienes ocupamos bancas en el Beit HaMidrash y no estudiamos la Torá como corresponde.

 

La existencia del mundo depende de la entrega de la Torá hasta el 6 de Siván

Dijeron nuestros sabios, que hasta el día 6 de Siván el mundo estaba pendiente y expectante. Si el pueblo de Israel aceptaba la Torá el mundo todo seguiría existiendo, si no, regresaría al caos inicial previo a la Creación, al “tohu vabohu” (Tratado de Shabat 88(A)). A los efectos de comprender el significado de estos conceptos, es preciso contemplar la revolución moral que el pueblo judío ha provocado en el mundo. Al momento de la entrega de la Torá un alto porcentaje de los seres humanos eran esclavos, algunos a raíz de haber sido derrotados en el campo de batalla y otros por causa de un préstamo con interés que les resultó imposible de pagar. Estos siervos carecían de derechos, sus amos podían ensañarse con ellos a voluntad. Gracias a la Torá que fue entregada a los hijos de Israel, quienes a su vez habían sido esclavos del Faraón en Egipto y por la palabra de HaShem salieron en libertad, y gracias a que esta nos ordenó tratar al siervo como un ser humano creado a la imagen de D’s -salvaguardando su derecho a creer en HaShem y observar Sus preceptos- por medio de un proceso largo y gradual la esclavitud resultó abolida en prácticamente todo el mundo.

En el momento de entrega de la Torá, la institución del matrimonio, que es aquella que expresa un pacto de amor, se encontraba en una situación precaria. Fenómenos tales como el incesto eran comunes, al grado de que la Halajá tuvo que establecer que un hermano y una hermana, un padre y una hija o una madre y un hijo que se convirtieran al judaísmo – debían separarse. En un proceso gradual, la idea de la santidad del matrimonio se expandió por todo el mundo. En aquellos tiempos, los monarcas establecían las leyes, por lo que podían manipularlas a gusto, y además, los jueces otorgaban preferencias a los ricos y a los poderosos. Por medio de un proceso lento y gradual se aceptó el precepto según el cual la ley debe ser la misma para todos, prohibiéndose la discriminación de los pobres y los menesterosos en las instancias judiciales. En la Torá, hasta el propio rey estaba sujeto a la normativa vigente, motivo por el cual debía escribir un rollo de la Torá que estuviera con él todos los días de su vida.

La crisis en la era moderna

Después de que la Torá influyera prolongadamente sobre el mundo por medio de las religiones monoteístas que aceptaron parte de sus valores (cristianismo e islam) y a través de diferentes pensadores que desarrollaron teorías políticas y sociales basadas en la Torá, a muchos de los judíos les pareció que la misión del pueblo de Israel había llegado a su fin. Pensaban que ya no había más necesidad de apegarse a la identidad judía y preservar la conciencia de que nos encontrábamos en el exilio. Creían que podíamos incorporarnos a las naciones desarrolladas, a su estilo de vida, y al mismo continuar mejorando el mundo de acuerdo con las enseñanzas de la Torá y los profetas, ya que los grandes valores del Tanaj habían sido internalizados por las naciones ilustradas y los judíos que se mantenían apegados al Shulján Aruj sencillamente se habían quedado rezagados. Fue así como comenzó un proceso grave y peligroso de secularización y asimilación.

Nuestro rol en la actualidad

A pesar del gran avance moral que registró la humanidad a instancias de su inspiración de la Torá, todavía estamos muy distantes del gran ideal que esta propone. En efecto, en términos generales, en la actualidad la humanidad toda se indigna ante las grandes injusticias y muchísimas personas tienen el privilegio de poder vivir en marcos legales que les confieren dignidad, derechos y garantías. Sin embargo, justamente ahora, cuando el ser humano se tornó libre, se pregunta cómo habrá de efectivizar la totalidad de sus más profundos anhelos y aspiraciones. Encontramos que hay muchas personas que no logran mantener una vida de pareja fiel, amorosa y alegre. Muchas otras se sienten frustradas por su trabajo al cual no le encuentran mayor significado. Los valores comúnmente aceptados como la justicia y la igualdad, las necesidades individuales y las sociales, las grupales y las nacionales, todos ellos colisionan unos con otros irremediablemente. En la sagrada Torá encontramos una guía y propuestas que dan solución a todas estas profundas interrogantes, y si no las hallamos, es porque la carencia está en nosotros, los que ocupamos bancas en el Beit HaMidrash y no estudiamos la Torá como corresponde. Enfatizamos en demasía las cuestiones secundarias o laterales y dejamos de lado las preguntas profundas. Nos ocupamos largamente de las leyes referentes a la actividad económica imperante hace dos mil años y descuidamos las vinculadas a la economía contemporánea.

Sea Su voluntad que en esta festividad de Shavu’ot que se acerca para bien, tengamos el privilegio de fortalecernos por medio de un estudio profundo de la Torá, hasta que logremos ver claramente cómo de cada precepto y cada halajá surge una gran luz que repara a la totalidad del mundo, y así, la tierra se llene del conocimiento de HaShem cual aguas que cubren al mar.

La alegría completa de la festividad de Shavu’ot

La alegría de Shavu’ot tiene una singularidad muy especial respecto de la de las demás festividades, ya que incluso según la opinión de los que entienden que una persona debe pasar la mayor parte de la fiesta estudiando y solo una parte minoritaria de ella comiendo y bebiendo, en Shavu’ot, a la par del estudio de la Torá – es preceptivo preparar comidas muy importantes, ya que se trata del “día en el cual fue entregada la Torá” (Tratado de Pesajim 68(B)).

De esta halajá aprendemos un importante fundamento y es que la Torá está destinada a incrementar la bendición y la alegría en todos los ámbitos de la vida. Su cualidad singular es que indica el camino de la fe en la unicidad, su objetivo es hacer descender al mundo la bendición y la vida tanto material como espiritual. Además, procura guiar a la vida familiar de modo tal que manifieste tanto la verdad y la santidad como la alegría y la bendición. Otro tanto ocurre en el ámbito del trabajo y el comercio, la Torá instruye cómo realizarlos con rectitud y bendición. En todos los sectores del quehacer humano de los que la Torá se ocupa, poseemos preceptos que nos guían y elevan permitiéndonos descubrir el valor sagrado y la bendición resultante de su presencia en la vida concreta. Por ello, la alegría de la festividad de Shavu’ot debe expresarse tanto por medio del estudio de la Torá como así también a través de la ingestión de alimentos y bebidas.

Eruv Tavshilín

Este año Shavu’ot cae un viernes, esto es, contiguo a Shabat, y en una situación así es preceptivo preparar un eruv tavshilín en la víspera de la festividad, para que por su intermedio podamos cocinar, hornear y preparar todos nuestros menesteres en Yom Tov para el Shabat.

El eruv tavshilín es un alimento cocido que se prepara en vísperas de la festividad y está destinado a ser usado en Shabat y recibe el nombre de “eruv” – ya que por su intermedio los alimentos de la festividad y el Shabat se mezclan, por lo que resultan “me’urvavim” (mezclados), y así, tal como se permite cocinar y hornear en un día festivo para el mismo día, de igual manera se permite hacerlo para el Shabat. Mientras esté vigente el eruv se pueden hacer preparativos en Yom Tov destinados al Shabat. Si bien según la Torá en ausencia de eruv tavshilín se permite igualmente cocinar en Yom Tov para Shabat, ya que según la Torá solo se prohíbe cocinar en un día festivo para otro profano, un día de semana, de todas maneras nuestros sabios prohibieron hacerlo sin eruv tavshilín para honrar al Yom Tov y honrar al Shabat (Tratado de Beitzá 15(B)).

Esta disposición rabínica efectivamente honra al Yom Tov, ya que si se pudiese cocinar ilimitadamente de Yom Tov para Shabat las personas podrían adoptar una actitud más flexible y cocinar también para los días comunes de la semana y transgredirían así una prohibición de la Torá. Por lo tanto, los sabios permitieron cocinar en Yom Tov para Shabat solamente cuando se comienza a realizar la labor de cocción en la víspera de la festividad, por medio del eruv tavshilín, de modo tal que todo lo que se prepare en Yom Tov para Shabat sea la continuación de lo que se comenzó a preparar en el día de la víspera. Cuando las personas vean que ni siquiera para Shabat se puede cocinar sin que medie el eruv tavshilín, entenderán que obviamente no se permite cocinar en Yom Tov para un día de la semana (la opinión de Rav Ashi).

Este mecanismo redunda también en el honor del Shabat, ya que si no se prepara el eruv tavshilín cabe la posibilidad de que durante las labores en la cocina en Yom Tov las personas se olviden que al día siguiente es Shabat y se acaben todas las porciones deliciosas en la festividad. Por medio del eruv tavshilín, que es preciso preparar en la víspera de Yom Tov, las personas habrán de recordar que es preciso dejar porciones sabrosas para ser comidas en Shabat (la opinión de Raba).

Es preceptivo para toda la familia preparar un eruv tavshilín

Según lo que hemos estudiado, incluso quien no tiene la intención de cocinar en la festividad para el Shabat debe preparar un eruv tavshilín ya que por su intermedio honra a la festividad y recuerda al Shabat. Y no cabe temer que ello pudiera implicar el recitado de una bendición en vano, ya que el objetivo primordial del eruv es el de brindarle a la persona la posibilidad de cocinar de Yom Tov para Shabat, aunque en la práctica ello no se haga. Además, en cada hogar es necesario encender las velas de Shabat en Yom Tov, y según la opinión mayoritaria de las autoridades halájicas es el eruv aquel que permite hacerlo. Asimismo, gracias al eruv se pueden lavar los platos y los cubiertos en Yom Tov para ser usados en Shabat, así como también se permite poner en Yom Tov la mesa para la comida sabática.

Un solo eruv alcanza para todos los miembros de la familia y los invitados

Por medio del eruv que efectúa el dueño o la dueña de casa todos los miembros del hogar y los invitados que allí pernocten podrán participar de las labores de cocinar y hornear, podrán lavar platos y cubiertos, así como también preparar la mesa de cara al Shabat. Asimismo, el dueño de casa puede encargar a uno de los miembros de su hogar o a uno de sus invitados que prepare el eruv para todos.

De igual manera, las personas que se alojan en un hotel kasher, dado que comen de la cocina del establecimiento, su eruv las incluye y todas tienen la posibilidad de encender en Yom Tov velas destinadas al Shabat. Otro tanto ocurre en la yeshivá, su eruv rige para todos los alumnos e invitados (Pninei Halajá Mo’adim 8:3).

¿Cómo se prepara el eruv tavshilín?

En la víspera de la festividad se toma un pan y se recita la siguiente bendición: “Baruj Atá HaShem Elokeinu Melej Haolam Asher Kideshanu Bemitzvotav Vetzivanu al Mitzvat Eruv”. Y posteriormente se dice: “Bezé Haeruv Yehé Mutar Lanu Leefot Ulevashel Ulehadlik Ner Velaasot Kol Tzorkeinu MeYom Tov LeShabat” (Por medio de este eruv tendremos permitido hornear, cocinar, encender velas y preparar todos nuestros menesteres de Yom Tov para Shabat).

El alimento cocido que participa del eruv debe ser comestible con pan, por ejemplo, carne, pescado, huevos, ensaladas cocidas, guiso de arvejas o mermelada cocida. Por su parte, alimentos que no corresponde comerlos con pan, por ejemplo, avena con leche, fideos o arroz, aunque estén cocidos no sirven para ser usados en el eruv (Tratado de Beitzá 16(A), Shulján Aruj 527:4). A priori, se agrega un pan al eruv, pero según la norma, para hacerlo alcanza con el alimento cocido.

A priori, es bueno destinar al eruv una porción bonita e importante, y de ser posible es bueno establecerlo por medio de una olla llena de un guiso o un alimento que haya sido cocinado para Shabat en la víspera del Yom Tov. Sin embargo, desde el estricto punto de vista de la norma, aunque se tomase para el eruv un pequeño puñado de lentejas que quedaron en una olla y fueron cocinadas para un día común – se cumple igualmente con el deber a condición de que el volumen de las lentejas equivalga a por lo menos un kazait, esto es, a medio huevo (Pninei Halajá Mo’adim 8:2).

¿Qué se hace con el alimento cocido que formó parte del eruv?

Muchos acostumbran a comer el alimento destinado al eruv en una de las comidas sabáticas, y dado que por su intermedio se cumplió un precepto corresponde seguir dándole uso preceptivo, en este caso, haciéndolo participar del precepto del deleite sabático, el Oneg Shabat. Asimismo, se acostumbra a usar el pan del eruv en calidad de segunda hogaza (lejem mishné) y se suele comerlo en la tercera comida de Shabat, en la se’udá shelishit (Mishná Berurá 527:11; 48).

Si se comienza a ingerir el alimento del eruv durante el Yom Tov, siempre y cuando quede un volumen equivalente a un kazait – se podrá hornear y cocinar todo lo necesario para el Shabat. Pero en caso de que no quedase nada del eruv, no se podrán realizar más labores en Yom Tov para el Shabat. Y esto es así, aunque quedase el pan que fuera colocado como parte del eruv, ya que el alimento cocido es la parte central del eruv (Pninei Halajá Mo’adim 8:3).

 

 

 

 

 

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