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La historia de la sentencia halájica que obligaba a los estudiantes de yeshivá a servir en el ejército

TETZAVÉ 2024

La historia de la sentencia halájica que obligaba a los estudiantes de yeshivá a servir en el ejército

Una sentencia halájica revolucionaria que instauró el deber de servir en el ejército para los estudiantes de yeshivá fue dictada por el Rabino Tzví Yehudá Kuk, a raíz de una consulta que le dirigieran alumnos que habían sido miembros de los grupos clandestinos, bajo la conducción del Rabino Shear Yshuv Cohen, de bendita memoria.

Hasta que la iniciativa maduró y con gran esfuerzo se pudieron imprimir en la sitiada ciudad de Jerusalém folletos que contenían el dictamen, el Rabino Shear Yshuv cayó prisionero de la Legión Jordana y no alcanzó a ver el fruto de su labor.

Ocho meses más tarde, mientras se recuperaba en una colonia vacacional de las heridas que le fueron infligidas durante su permanencia en el cautiverio jordano, el Rabino Tzví Yehudá fue a visitarlo y le obsequió el folleto con una cálida dedicación.

«De repente, mi maestro y rabino el Rav Tzví Yehudá Kuk, de bendita memoria, sube por la calle hacia mí caminando despacio y rengueando levemente. Al ser yo una persona muy allegada al Rav, él podía percibir en qué situación anímica me encontraba. Me dijo: ‘Shear Yshuv, ¿qué pasó? ¿Por qué estás tan enojado y pálido?’ Le conté lo que había ocurrido, y cuando le mostré el aviso, clamó con gran estruendo: ‘¡Se trata de una falsificación, realmente es una falsificación!’”

El precepto de enrolar a los estudiantes de yeshivá

De cara a la fecha recordatoria del fallecimiento de mi maestro y rabino, el Rav Tzví Yehudá Kuk, de bendita memoria, que tendrá lugar el día 14 de Adar, es oportuno en días como los presentes señalar que nuestro rabino fue el primero en escribir un texto de esclarecimiento halájico respecto del precepto que obliga a los estudiantes de yeshivá a servir en el Ejército de Defensa de Israel.

Este documento fue escrito por iniciativa del Rabino Shear Yshuv Cohen, de bendita memoria, titular del rabinato de la ciudad de Haifa e hijo de David Cohen, el “nazir” (nazareo), de bendita memoria, que era uno de los jefes de la yeshivá Merkaz HaRav. Cabe decir que el Rabino Shear Yshuv fue el primer hijo que tuvo el mérito de crecer y educarse bajo la directiva de la Torá de la tierra de Israel, y por el mérito de su fe, su estudio y su talento, logró abrir sendas para quienes vinieron tras él, por ejemplo, en lo referente al esclarecimiento del deber preceptivo de servir en el ejército que recae sobre los alumnos de las yeshivot, así como también inaugurar un camino para la combinación armónica del ejército y la yeshivá que tuvo su continuación en la enorme santificación del Nombre Divino que llevan a cabo todos los alumnos de las Yeshivot Hesder hasta nuestros días.

Esto es lo que me escribió el Rabino Shear Yshuv Cohen, de bendita memoria: “Estuve personalmente involucrado en el primer intento de fundar una yeshivá en el marco del “Estado y el ejército que estaban en camino” – intento que llevó al dictamen de la primera sentencia halájica que obligaba a los estudiantes de yeshivá a enrolarse. Esto ocurrió en el invierno del 5708 (1947-8) junto a mis compañeros de la Yeshivá Merkaz HaRav y de otras yeshivot de Jerusalém que servían en los diferentes grupos armados clandestinos, la Haganá, el Etzel y el Leji. Esto ocurrió inmediatamente después del 29 de noviembre de 1947 (día de la votación de la partición de la Palestina mandataria en la ONU) y al iniciarse los sangrientos disturbios que antecedieron al estallido de la Guerra de la Independencia, en el marco del enrolamiento a lo que era en aquel entonces el “ejército en formación” en Jerusalém, en los meses de Shevat, Adar y Nisán del 5708…

Entonces todavía no se había dictado la halajá según la cual los estudiantes de las yeshivot estaban preceptuados de salir a la guerra para “conquistar la tierra de Israel” y salvar “al pueblo judío de manos de sus enemigos que se alzan contra él”. Tal como es sabido, la mera idea de combinar el estudio de la Torá con el servicio militar es sumamente antigua y se remonta a los días de Yehoshúa bin Nun, la paz sea sobre él… (ver Tratado de Sanedrín 44(B), comparar con el Tratado de Meguilá 3(A) y con los comentarios de Tosafot que comienzan con ‘וילן’, Talmud Jerosolimitano Tratado de Jaguigá cap. 2, comentario de Tosafot al Talmud Babilonio Tratado de Jaguigá 16(B) en el pasaje que comienza con el vocablo ‘אב’, Tratado de Eruvín 63 en el comentario de Tosafot allí que comienza con el vocablo ‘מיד’ ). De esto se desprende que ya en los días de Yehoshúa, durante la primera conquista de la tierra de Israel, los combatientes combinaron el estudio de la Torá con la guerra preceptiva. Tal como parece, en aquellos días combatían durante el día y estudiaban por la noche – y esta es la fuente de inspiración de las palabras del rey David, la paz sea sobre él, que decía: ‘Exalten a HaShem con sus gargantas y sostengan espadas de doble filo en vuestras manos’” (Tehilim-Salmos 149:6).

La institución del primer marco combinado en la yeshivá Merkaz HaRav

Y agregó: “Para preparar al ejército, la dirigencia sionista estableció entonces el “Centro de Reclutamiento para el Servicio a la Nación”. En Jerusalém, este centro no estaba dirigido por otro que un jefe de cátedra en la Yeshivá Merkaz HaRav, el erudito Rabino Mordejai Haleví From, de bendita memoria, esposo de la Rabanit Tzipora, que viva largamente, que era a su vez la nieta de la luminaria sagrada de Israel, nuestro maestro el Rav (Kuk), de bendita memoria, e hija de mi maestro y rabino el Erudito Rabino Ra’anán Kuk, de bendita memoria, que era el director de la Yeshivá.

A los efectos de permitirnos a todos los estudiantes de yeshivá -que habíamos servido en los diferentes movimientos clandestinos, Haganá, Etzel y Leji- combatir juntos, promovimos el establecimiento de la ‘Yeshivá Lojemet (Yeshivá Combatiente)’ en el marco de la defensa del barrio judío de la ciudad vieja de Jerusalém. Ese era el único sitio en el cual los tres movimientos clandestinos ya se habían unido en un mismo cuerpo de combate, bajo la comandancia de nuestro amigo y miembro del “Pacto de los Jashmonaím”, Moshé Rosenak, de bendita memoria, hombre del regimiento Moriá de la Haganá, junto con su lugarteniente Iser Natanzon, de bendita memoria, hombre del Irgún Tzvaí Leumí. En virtud de nuestra solicitud, se acordó que se estableciera una Yeshivá Combatiente para defender la ciudad vieja y se puso a nuestra disposición una sinagoga y dormitorios contiguos. Asimismo, se acordó con la comandancia del barrio judío de la ciudad vieja respecto de un régimen diario de actividad que consistía en ocho horas de combate en las posiciones defensivas, ocho horas de estudio de Torá y oración, y ocho horas destinadas a comer, dormir, descansar y demás menesteres”.

La bendición del Rav Tzví Yehudá Kuk y del Rav HaNazir

«Para esta iniciativa recibí la bendición y el asentimiento del jefe de la yeshivá, mi maestro y rabino, el erudito Rav Tzví Yehudá Kuk y del sagrado Rav HaNazir, ambos de bendita memoria. Sin embargo, hubo jefes de yeshivá que expresaron sus reparos y objeciones a este emprendimiento, quizás por temor a que provoque la anulación del “Acuerdo de prórroga en el servicio” que está vigente hasta el día de hoy. El jefe de la Yeshivá Merkaz HaRav, nuestro maestro el Rav Jarlap, de bendita memoria, mantuvo silencio en la polémica desatada, pero hubo miembros de su familia y allegados suyos que actuaron en contra de esta idea…

En aquellos días, el barrio judío de la ciudad vieja estaba bajo sitio. Intentamos ingresar a él en un convoy del ejército británico que cruzaba las líneas una o dos veces por semana, en éste viajaba personal médico y se transportaba el abastecimiento indispensable. Yo alcancé a ingresar al barrio judío y participar de la batalla por su defensa… lamentablemente, mis compañeros no lograron hacerlo, pero combatieron en las filas del Ejército de Defensa de Israel, y algunos de ellos cayeron santificando el Nombre de D’s en la dura contienda.

Creo que fuimos los primeros en combinar servicio militar con estudio de yeshivá en el Ejército de Defensa de Israel. Con cariño, bendición y gran reconocimiento, Rabino Shear Yshuv Cohen”.

La petición del Rabino Shear Yshuv al Rabino Tzví Yehudá para que escribiera un documento esclarecedor respecto de la postura de la Torá (Da’at Torá)

En otro artículo, el Rabino Shear Yshuv contó cómo el Rav Tzví Yehudá tuvo la iniciativa de escribir un esclarecimiento halájico (impreso al final del segundo tomo de “Lintivot Israel”, ed. Beit El):

“En el año 5708 tuvo lugar una discusión respecto de la participación de los estudiantes de las yeshivot de Jerusalém en la lucha por la defensa de la ciudad sitiada. Nosotros, los estudiantes de Merkaz Harav, fuimos por la senda de nuestros maestros, el Rav Tzví Yehudá Kuk, y mi padre, el Rav HaNazir, ambos dos de bendita memoria, y nos presentamos ante el “Centro de Reclutamiento para el Servicio a la Nación”, el cuerpo que fundó las bases de lo que posteriormente sería el Ejército de Defensa de Israel, que en aquellos días se encontraba en etapa de conformación, pero muchos jefes de yeshivá no estuvieron de acuerdo. Incluso en el seno de Merkaz HaRav surgió una discusión (no obstante, en otras yeshivot que no pertenecían al marco de las “Yeshivot de la tierra de Israel – Yeshivot Eretz Israel” establecidas por la sagrada luminaria de Israel, nuestro maestro el Rav Kuk, de bendita memoria, sus estudiantes también se enrolaron posteriormente a un regimiento especial, encabezado por nuestro amigo el Rav Tuvia Bir, de bendita memoria, que construyó fortificaciones en la ciudad de Jerusalém y era denominado «El Regimiento de Tuvia”. Pero eso fue en una etapa más tardía, durante el duro sitio a toda la ciudad).

“Como ya le dije, me presenté para servir en unidades especiales… un día vi junto a la yeshivá, en la calle HaRav Kuk, un aviso enorme titulado: “Da’at Torá” del Rav Abraham Ytzjak HaCohen Kuk, de bendita memoria, en contra del enrolamiento al ejército de los estudiantes de yeshivá, y en él palabras contundentes en contra de quienes  llevaban a cabo el reclutamiento forzoso de los estudiosos de la Torá, citadas de cartas que el Rav Kuk enviara, y su resolución en cuanto a que no corresponde reclutar a estudiosos de la Torá al ejército y a la necesidad de liberarlos. Estas palabras nos sorprendieron de sobremanera.

Me paré frente al anuncio y pensé: ‘¿Y ahora qué hacemos? ¿Acaso todos los estudiantes de Merkaz HaRav proceden en oposición al dictamen halájico del Rav Kuk, de bendita memoria?’ Tras leer el anuncio, desciendo por la calle, absorto en mis pensamientos con la intención de dirigirme al centro de la ciudad. De repente, mi maestro y rabino el Rav Tzví Yehudá Kuk, de bendita memoria, sube hacia mí caminando por la misma calle, con un andar lento y rengueando levemente. Al ser yo una persona muy allegada al Rav, él podía percibir en qué situación anímica me encontraba. Me dijo: ‘Shear Yshuv, ¿qué pasó? ¿Por qué estás tan enojado y pálido?’ Le conté lo que había ocurrido, y cuando le mostré el aviso, clamó con gran estruendo (incluso quien recuerda las exclamaciones estruendosas de nuestro rabino cuando se emocionaba no oyó jamás un grito como ese): ‘¡Se trata de una falsificación, realmente es una falsificación!’ Así gritó, con fuerte voz, una y otra vez.

Una vez calmado, me explicó: Estos conceptos fueron extraídos de una misiva que le enviara el Rav Kuk al Dr. Hertz, el Gran Rabino de la ciudad de Londres, respecto del enrolamiento al ejército británico. Los alumnos de la yeshivá que habían llegado a esa ciudad en carácter de refugiados de la Primera Guerra Mundial provenientes de Rusia o Polonia, estudiaban Torá, y cayeron de la lista de “aprendices de sacerdocio” que el Gran Rabino de Inglaterra había elevado a las autoridades (que recibían exención de servicio militar, al igual que los estudiantes del seminario cristiano para sacerdotes, valga la diferencia). A raíz de ello (de que los refugiados no habían sido incluidos en la lista de exención), el Rav Kuk había rezongado duramente al rabino de Londres, pero ello nada tiene que ver con la batalla por la defensa de Jerusalém.

Al solicitarle que nos esclareciera su parecer por escrito me respondió que la ciudad se encontraba sitiada y que la imprenta no funcionaba por falta de combustible, salvo una sola que trabajaba en servicio del Comité de Seguimiento de la Situación (Vaadat Hamatzav). Tras tomar bajo mi responsabilidad la cuestión de la impresión, aceptó escribir su famoso folleto titulado: ‘Sobre los preceptos vinculados a la tierra de Israel – el deber de enrolarse para la salvaguarda de la nación israelita’. El Dr. Ytzjak Rafael, de bendita memoria, hizo gestiones para poder publicar el folleto, pero yo no alcancé a verlo porque fui llamado de urgencia a combatir en la defensa de la ciudad vieja, y caí prisionero de la Legión Jordana…»

La preocupación por su paradero

Mientras se imprimía el folleto, la ciudad vieja cayó en manos de las fuerzas enemigas, y a los rabinos Tzví Yehudá y al Nazir les fue comunicado que el oficial Shear Yshuv Cohen había sido gravemente herido y se desconocía su paradero. Imagínense cómo se sintieron. Ellos instruyeron que era preceptivo servir en el ejército, sabían que el precio a pagar podía resultar muy doloroso, y hete aquí que mientras estos dos rabinos debatían con varios de sus colegas respecto de la obligatoriedad del enrolamiento, muy probablemente, el Nazir precisaba guardar duelo (quedándole únicamente una hija, la que fuera la esposa del Rabino Goren) y el Rav Tzví Yehudá enlutarse por su discípulo querido, que, siguiendo sus instrucciones, había ido a la guerra y no había regresado.

Tras varios meses angustiosos, los rabinos fueron notificados que Shear Yshuv había resultado gravemente herido y se encontraba en el cautiverio jordano. Volvamos al relato de lo acontecido tal como lo narra el Rabino Shear Yshuv Cohen:

El recibimiento del folleto

“Ocho meses después que regresé del cautiverio enemigo, herido y con mi pierna lastimada, alrededor de Janucá del 5709, fui transferido a una colonia vacacional en la casa de la familia Aronson en Zijrón Ya’akov que estaba destinada a la recuperación de heridos de guerra. A la mañana siguiente, creo que era un jueves, al concluir el rezo, veo al Rav Tzví Yehudá subiendo por la calle en dirección al sitio en el cual me encontraba. Había venido a visitarme. Me emocioné de sobremanera (en aquellos días el viaje de Jerusalém a Zijrón Ya’akov era largo y extenuante). El Rav Tzví Yehudá ingresó a mi habitación, me abrazó, me besó y prorrumpió en llanto. De repente, extrajo de su bolsillo el pequeño folleto del que habíamos hablado (que contenía el esclarecimiento halájico del deber de servir en el ejército) encabezado con una dedicación: “Al amado de mi alma y mi espíritu, a mi amigo, el Rabino Eliahu Yosef Shear Yshuv Cohen, hijo del Rabino David Cohen, el consejero, el promotor y el demandante (de este texto), preparado y preservado desde su primera aparición, (celebrando) el regreso de los cautivos a Sion, con toda la alegría de la salvación que conlleva la redención de Israel en el año del incienso (5709), Tzví Yehudá HaCohén Kuk”.

Vistiendo el uniforme militar en su casamiento

Luego, el Rav Shear Yshuv Cohen fue nominado Rabino de la Fuerza Aérea. Previo a su casamiento, en acuerdo con su cuñado el Rabino Goren, de bendita memoria, decidieron que como forma de expresar el gran precepto que implica el servicio en el ejército, el Rabino Cohen decidió que contraería matrimonio vistiendo uniforme. A la boda llegaron muchas de las personalidades sociales y rabínicas de Jerusalém, tanto del lado del papá del novio, el Rav HaNazir, como del lado del abuelo de la novia, el conocido filántropo Harry Fischel.

Una persona se acercó al Rabino Tzví Yehudá, y embargado por la emoción, le dijo: “En Jerusalém se acostumbra que el novio llegue a su jupá cubriendo su cabeza con un shtraimel y vistiendo los ropajes tradicionales”. El Rav Tzví Yehudá le respondió: “En cuanto a la santidad del shtraimel, cabe decir que hay no pocas dudas al respecto, y más aún, ‘el novio se asemeja a un rey’, y el uniforme, es la vestimenta real”.

 

 

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