Suscríbete y recibe nuestro Newsletter

No te lo pierdas, artículo Halájico del Rab Eliezer Melamed viendo la actualidad en ojos de la Tora.

¡No enviamos spam! Lee nuestra política de privacidad para más información.

Últimos artículos

Suscríbete y recibe nuestro Newsletter

No te lo pierdas, artículo Halájico del Rab Eliezer Melamed viendo la actualidad en ojos de la Tora.

¡No enviamos spam! Lee nuestra política de privacidad para más información.

Una alternativa al proyecto de ley: nombrar rabinos comunitarios

SHOFTIM 2023

Una alternativa al proyecto de ley: nombrar rabinos comunitarios

 

A modo de continuación del artículo de la semana pasada: una respuesta sobre la comparación entre cohanim y leviím con los que enseñan Torá.

En vez de que los rabinos de las ciudades sean designaciones del ministro de asuntos religiosos, corresponde instaurar un modelo según el cual los rabinos locales de las comunidades sean elegidos por el público y así su estatus se verá potenciado.

La principal labor del rabino será la de promover el estudio de la Torá, enseñar sus fundamentos y reforzar los aspectos positivos en el seno de los miembros de la comunidad.

Las decisiones en cuestiones de principio serán tomadas por los encargados de las sinagogas y por el público, y de esa manera no habrán de temer que el rabino designado imponga sus posturas.

 

Cabe temer que haya rabinos que digan: «Si carezco de la fuerza para actuar en aras del estudio de la Torá, enviar un ejército a Ucrania, promover el feminismo o advertir al público sobre la presencia de los neo reformistas, ¡¿qué beneficio me reporta el rabinato?!» En efecto, estas personas no son aptas para a función rabínica. Deben activar en la esfera política pública.

Pregunta sobre mi postura respecto de que solamente los residentes de una localidad sean quienes elijan al rabino

La semana pasada escribí que los miembros de las comunidades son quienes deben escoger a los rabinos, y por ello la ley que otorga al ministro de asuntos religiosos influencia en la elección de los rabinos es contraria a lo que instruye la Torá. Como fuente para mis palabras, traje los preceptos de la entrega de ofrendas y diezmos y escribí que los cohanim y los leviím se asemejan a los rabinos y a los educadores, y que la Torá ordenó que cada persona escoja a qué cohen entregarle sus ofrendas y a qué leví darle sus diezmos, tal como fue dicho (Bemidbar-Números 5:10): “Empero, cada hombre, lo que consagrare, de él será: cuando el hombre se lo diere al cohen, para él será”. Este derecho a escoger generaba un vínculo entre los israelitas, los cohanim y los leviím y motivaba a estos dos últimos a entregarse abnegadamente a la labor sagrada en el seno de los miembros de sus comunidades para que, por su parte, estos quieran entregarles sus obsequios. Aquel que se esmeraba en la enseñanza de Torá a niños y adultos y el público disfrutaba de sus iniciativas y consejos, lograba ser el preferido a la hora de la entrega de los presentes. Por el contrario, quienes se desconectaban de los miembros de su comunidad o tenían para con ellos una actitud altanera o no se esforzaba en la labor docente recibía un trato similar de parte del público a la hora del reparto de los presentes.

Hubo quienes se preguntaron qué relación había entre las ofrendas y los diezmos y los cargos rabínicos y educativos, puesto que el mero hecho de que eran cohanim o leviím y servían en el Templo obligaba al público a entregarles sus ofrendas y diezmos, y que mis palabras son una suerte de sentido adicional al texto bíblico pero que de estas no debe deducirse o dictarse halajá.

Sin embargo, quien analiza detenidamente la Halajá verá que el objetivo de las ofrendas y los diezmos es ayudar a cohanim y leviím en su misión espiritual de dictar halajá y enseñar Torá, tal como se explica en la Guemará: “Dijo Rav Shmuel bar Najmani en nombre de Rabí Yonatán: ¿De dónde sabemos que no se le entrega un presente a un cohen ignorante en cuestiones religiosas (am haaretz)? De lo que fue dicho (II Crónicas 31:4): ‘Ordenó también al pueblo que residía en Jerusalém que entregara la porción perteneciente a los cohanim y a los leviím para que se refuercen en la dedicación a la Torá de HaShem’ de lo cual aprendemos que todo aquel que se dedica a la Torá de HaShem – tiene porción, y aquel que no se dedica a esta – no la tiene” (Tratado de Julín 130(B)). De esto resulta evidente que el precepto de la entrega de las ofrendas y los diezmos se aplica específicamente a los cohanim y a los leviím que estudian y enseñan Torá.

¿Está permitido entregar ofrendas y diezmos (terumot uma’aserot) a quienes no enseñan Torá?

Esto y más, de acuerdo con las opiniones de Rabí Shimshón de Shantz y el Rosh está prohibido entregar los obsequios a cohanim o leviím legos en materia religiosa (amei aratzot), de lo cual se entiende que cuando no se encuentran en la cercanía cohanim y leviím estudiosos de la Torá – los obsequios no son entregados a quienes no la estudian.

Por su parte, según el Rambám se permite entregar los obsequios a cohanim y leviím legos en materia religiosa, pero corresponde darlos a estudiosos.

La halajá final es conforme la opinión mayoritaria de las eminencias medievales que adoptan un camino intermedio según el cual es preceptivo entregar los obsequios específicamente a cohanim o leviím estudiosos, y solo si no es dable encontrarlos, se entregan a los legos (am haaretz), y no es necesario realizar esfuerzos en aras de poder dar los obsequios a estudiosos (así escribieron las Tosafot, Rambán, Rashbá, Ran, Ritbá y Meiri al Tratado de Julín 130(B). Asimismo, así sentenció el Shuljánn Aruj en Yoré De’á 61:7; Pninei Halajá Kashrut 7:3:1).

Nos parece que el motivo por el cual en caso de no encontrarse un cohen y un leví estudiosos se le entregan los obsequios a quienes no lo son obedece a que la generalidad de la tribu de Leví se dedica a la Torá y a la educación, y aunque por un tiempo determinado no cumpla con su misión, es preciso seguirle entregando las ofrendas y los diezmos para que no nos acostumbremos a ser negligentes en la observancia de los preceptos. Así, ni bien resulte posible entregarles las ofrendas y los diezmos a estudiosos de la Torá, debemos volver a hacerlo como corresponde.

Rabino de sinagoga

Dado que no parece que el ministerio de asuntos religiosos se preocupe por escoger rabinos dignos de la función y aceptados por el público, propuse corregir la falla desde abajo, haciendo que cada sinagoga escoja para sí un rabino. La carencia implícita en el hecho de que un rabino no tenga un nombramiento oficial y no reciba salario, a posteriori, puede transformarse en una ventaja.

El principal rol del rabino es enseñar Torá, y en ese estudio lo central es hacer hincapié en las reglas generales de las cuales se derivan lo detalles particulares y los fundamentos sobre los cuales se apoya la totalidad del sistema, ya que casi todas las personas pueden realizar un estudio normal o común por sí solas y la mayor ventaja del estudio con un rabino es en su capacidad de diferenciar entre lo esencial y lo aleatorio. Para ello, no es preciso que el rabino se ocupe de dirigir la sinagoga ni se envuelva en los diferentes pleitos, lo más importante es que en sus clases enseñe los fundamentos de la Torá yendo de lo general a lo particular. De los fundamentos de la fe que se manifiestan en los Shabatot y en las diferentes festividades a todos los preceptos que santifican al pueblo de Israel como el rezo, el recitado de bendiciones y las halajot de kashrut. De la santidad de la familia a una educación centrada en el cultivo de las virtudes. Del precepto de “amarás a tu prójimo como a ti mismo” y “aquello que te resulte odioso no se lo inflijas a tu compañero” a todos los preceptos y reglas que rigen las relaciones entre el hombre y su prójimo. Del precepto de poblar la tierra de Israel al mandato de servir en el ejército y dedicarse al desarrollo o poblamiento del mundo (yshuvó shel olam), incluyendo en estos a los valores de la ciencia y el trabajo, la rectitud y la laboriosidad. Del estudio de la misión del pueblo de Israel de traer la bendición a todas las familias de la tierra al deber de cada ser humano de contribuir a la reparación del mundo en la medida de sus posibilidades, y de esa manera, educar a los muchachos y a las muchachas a desarrollar sus habilidades en la Torá, las ciencias y las artes, en las cualidades de la conducta y en las acciones virtuosas y escoger una profesión en la que puedan aportarle al mundo.

Cuando un rabino así participe de celebraciones de Bar Mitzvá, Shabatot previos a casamientos y banquetes post nupciales, hablará sobre estos fundamentos y sabrá alabar a cada uno de los miembros de su comunidad por aquellas áreas en las que realizan aportes de importancia, ya sea en el ámbito laboral, de la educación, en la ciencia o el voluntariado y, en la medida de lo posible, potenciarlos.

En términos generales, el rol de estos rabinos se vinculará más con lo esencial, se dedicarán a expresar la Torá y no a dirigir la sinagoga. Así, se verán liberados de la mayor parte de los problemas que pudieran surgirles, y al mismo tiempo, se verán reforzados tanto su prestigio personal como el de la Torá. De ese modo, los miembros de la comunidad podrán recibir de ellos refuerzo y aliento para todas las buenas acciones que realicen, tanto en el ámbito profesional como en el del voluntariado.

La cuestión del sustento

En efecto, la cuestión del sustento es difícil. Desde que se suspendieron las ofrendas y los diezmos no existe un marco ordenado que permita mantener a los rabinos y este doloroso tema no ha salido del orden del día de las diferentes comunidades. Dado que la necesidad de recibir un salario ha denigrado el estatus rabínico, el Rambám entiende que los estudiosos de la Torá tienen prohibido hacerse mantener por el público. Sin embargo, sin salarios no sería posible tener un rabinato, y por ende, así es como las comunidades y los rabinos se han conducido a lo largo de los años. Sin embargo, en lo que respecta a los rabinos de las sinagogas, actualmente el problema ha disminuido notoriamente, ya que en el pasado estos eran responsables de todas las cuestiones religiosas de la comunidad: la faena, la kashrut, escribir tefilín, mezuzot y rollos de la Torá, establecer el eruv, casar y divorciar amén de todas las cuestiones legales vinculadas a los pleitos y a su mediación. En la actualidad, la mayor parte de estas funciones están en manos de rabinos que esa es su profesión, por ejemplo, el registro de matrimonios, la realización de divorcios, los procesos judiciales y las mediaciones en casos de pleito. Así, gracias a D’s, el rol del rabino se ha limitado a la más importante y encumbrada de las labores, estudiar la Torá y enseñarla, que es la fuente de la cual emana todo lo bueno.

Así como a lo largo y ancho del país hay docentes que logran ganarse el sustento enseñando, de igual manera los rabinos de las sinagogas y las comunidades podrán fungir como maestros de Torá, Halajá y fe en los colegios de las inmediaciones y en las horas de la noche podrán voluntarizarse como rabinos en las sinagogas. Si un rabino no ha de ser suficiente para dar todas las clases necesarias, la comunidad podrá nombrar uno o dos rabinos más, los cuales a su vez también habrán de ser considerados rabinos comunitarios. Así, el estatus del rabinato en la comunidad se verá reforzado, y lo más importante, no se ocuparán de resolver discusiones sino que se centrarán en incrementar el estudio de la Torá y en enaltecerla.

En caso de que los miembros de la comunidad deseen que el rabino se dedique más a su congregación, será muy bueno que encuentren la forma de pagarle un salario, siempre y cuando la labor se lleve a cabo en un formato voluntario y no como un deber que llegue a alejar siquiera a un miembro de la congregación. En caso de que no encuentren la forma de pagarle honorablemente, que cumpla con las funciones que pueda en el marco del horario que tenga disponible. Lo más importante es que se siente en el mizraj, el frente o primera fila de la sinagoga, y de tanto en tanto diserte sobre la Torá y el precepto de amar a todos los miembros del pueblo de Israel, sobre el deber de poblar la tierra de Israel y el precepto de servir en el ejército, sobre la dedicación al desarrollo del mundo y traer la bendición a todas las familias de la tierra. Así, encumbrarán la dignidad de la Torá para el esplendor de la comunidad.

Algo más sobre la cuestión del sustento

Cabe agregar que, en la práctica, en las ciudades del centro del país, incluso en los casos en los que la sinagoga se preocupa de pagarle un salario al rabino, se trata de unos pocos miles de shekalím, cifra que dista de lo necesario para mantener a una familia. En la mayoría de los casos, esta suma no suele alcanzar para pagar un alquiler o una hipoteca en esas áreas de residencia. Por lo general, los rabinos que viven en estos sitios lo hacen gracias a que recibieron un apartamento en herencia o por medio de la ayuda que reciben de sus padres, y quizás, también en virtud de un desempeño especialmente exitoso en el área del rabinato. No hay en ello nada de nuevo, ya que desde tiempos inmemoriales familias pudientes se casaron con familias rabínicas y mantuvieron a sus estudiosos. A propósito, los rabinos de los barrios que fueron nombrados oficialmente por el ministerio de asuntos religiosos no ganan más que los docentes del sistema educativo, y por lo tanto, en lugar de dedicarse a supervisar restaurantes o revisar el eruv, que el rabino de la sinagoga enseñe Halajá en el colegio primario o secundario de las inmediaciones, y en la práctica, su nivel de conocimientos será más alto que el del rabino oficial del barrio y su salario será también más elevado.

El temor a tener un rabino en la sinagoga

Sin embargo, muchos de los miembros del público sionista religioso temen nombrar un rabino sinagogal no sea cosa que dicte sobre el público decretos difíciles de cumplir. Y también cuando lo nombran, procuran que no se siente en el mizraj, no sea cosa que surja alguna discusión. E incluso cuando se trata de un rabino piadoso que no se teme que pudiera generar polémica alguna, prefieren que la ubicación de su asiento sea en medio del público.

Para superar este problema, es preciso definir de antemano que el rol del rabino es únicamente enseñar Torá y responder consultas. En todo lo relativo a cuestiones públicas, que los encargados decidan en conjunto con los miembros de la congregación. Por ejemplo, ¿la sección de las mujeres debe estar atrás o a un costado de las de los hombres? ¿Se le ha de permitir o no a los que piden donativos hablar ante el público? ¿Podrá una mujer disertar en una Bar Mitzvá o no? ¿Es preciso enviar un ejército para ayudar a Ucrania u otros países africanos? ¿Se habrá de permitir a políticos pertenecientes a las corrientes más ortodoxas o liberales del publico sionista religioso hablar ante el público o no? ¿Cómo deben incorporarse las costumbres de las diferentes congregaciones? En todas estas cuestiones que decida el público junto a los encargados de la sinagoga (gabaím) de acuerdo con lo que mejor se adecué a las necesidades de la comunidad. Asimismo, un rabino de sinagoga no precisa involucrarse en discusiones respecto de la apertura de escuelas religiosas tradicionales (Talmudei Torá) o colegios más liberales. Cada matiz ideológico es valioso y el rabino precisa ver lo bueno de cada uno de ellos.

Cabe temer que haya rabinos que digan: «Si carezco de fuerza para actuar en aras del estudio de la Torá, enviar un ejército a Ucrania, promover el feminismo o advertir al púbico de la presencia de neo reformistas, ¡¿qué beneficio me reporta el rabinato?! En efecto, estas personas no son aptas para a función rabínica. Deben activar en la esfera política pública.

Rabinos que enseñen Torá y refuercen tanto la verdad como el bien corresponde respetarlos y sentarlos en el mizraj, el sitial de honor en la sinagoga. Ello les conferirá fuerzas para incrementar el bien y la bendición en su función. Cuanto más se respete a estos rabinos, aunque no se les pague un salario, el estatus de la Torá se verá reforzado, y al final de cuentas, también los rabinos que fueran designados oficialmente deberán transitar por su camino.

 

 

 

 

 

 

כתבות נוספות באתר:

AJAREI MOT 2024

Intercambio de prisioneros Cuando se paga un precio excesivo por el rescate de prisioneros se pone en peligro a la totalidad del

METZORÁ 2024

Cuatro copas de alegría y redención Los sabios instituyeron que se beban cuatro copas a lo largo del orden de la Hagadá

TAZRÍA 2024

LEYES REFERENTES A LA «MATZÁ ENRIQUECIDA» (MATZÁ ASHIRÁ) Y LOS MEDICAMENTOS PARA PESAJ El consumo de «matzá enriquecida», esto es, si se

Shevet Leví: servidores públicos

Shevet Leví: servidores públicos   En oposición al argumento según el cual los miembros de la tribu de Leví estudiaban Torá y

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *