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DEL 9 al 15 de AV: EL CAMINO DE LA UNIDAD JUDÍA

  • Debe permitirse a conservadores y reformistas rezar en «Ezrat Israel» y el Rabino del Kotel debe velar por todas sus necesidades, incluida la provisión de un Sefer Torá.
  • En un inicio, el enfrentamiento al movimiento reformista fue liderado por grandes eminencias del pueblo de Israel, y en ese entonces era todavía plausible pensar que la novel corriente pudiera disiparse y evitar así la división, pero en la actualidad que se trata de un hecho consumado, es necesario dedicarse a acercar a sus miembros.
  • Justamente en la cercanía del Monte del Templo, el sitio que amiga a todos los judíos, es necesario tener el recaudo de preservar la paz.

Los miembros del público religioso y jaredí que observan la halajá y las tradiciones, no deben lamentarse de que los miembros de estos movimientos lleguen al Kotel, sino más bien alegrarse de que más hermanos judíos estén conectados al lugar del Santuario y deseen orarle a nuestro Padre Celestial, y sí ver con buenos ojos el hecho de que a pesar de que nos separan los cambios que estas corrientes efectuaron en la halajá, sabemos respetar y valorar sus virtudes. Es más grande la santificación del Nombre Divino que su profanación.

 

No me resulta claro qué pasó exactamente en la noche del 9 de Av en el «Ezrat Israel» del Muro Occidental, por lo tanto, sin culpar a ninguna de las dos partes, me referiré a lo que debería ocurrir para incrementar la paz y la concordia entre la generalidad de los hijos de Israel de modo tal que todos estemos lo más conectados posible al Monte del Templo.

Dado que existen numerosos judíos que se identifican con los movimientos conservador y reformista, y de acuerdo con los lineamientos que ellos siguen establecieron rezos comunes para hombres y para mujeres en un formato y con unas características que no se condicen con la halajá tradicional ni con las costumbres del pueblo de Israel, y dado que desean rezar junto al Muro Occidental según su usanza, es correcto establecer que en «Ezrat Israel» puedan llevar a cabo sus rezos con el debido respeto. En la medida de que aumente el número de las personas que acudan a rezar según su costumbre, se deberá ampliar para ellos el «Ezrat Israel» tanto como resulte necesario. Y los miembros del público religioso y jaredí que observan la halajá y las costumbres, no deben lamentarse de que los miembros de estos movimientos lleguen al Kotel, sino que deberían alegrarse de que más hermanos judíos estén conectados al sitio del Templo y deseen orarle a nuestro Padre Celestial, y ver con buenos ojos el hecho de que a pesar de que nos separan los cambios que estos movimientos efectuaron en la halajá, sabemos respetar y valorar todas sus virtudes. Es más grande la santificación del Nombre Divino que su profanación.

Corresponde que el Rabino del Kotel respete a todos los judíos de todas las corrientes, y cuando un grupo conservador o reformista desee acudir a rezar, debe recibirlos en «Ezrat Israel» y darles la bienvenida. Si bien el área de «Ezrat Israel» no está sujeta a sus directivas halájicas como si se tratase de una sinagoga, debería procurar atenderla con el mayor de los respetos. O sea, aunque el Rabino del Kotel no rece junto a ellos por observar la halajá tradicional, debería alegrarse de sobremanera del hecho de que conservadores y reformistas acudan a orar al Kotel y además, debería también incentivarlos a visitar el lugar asiduamente y en grupos lo más numerosos posible. Incluso, debería indicar a los funcionarios del lugar que los ayuden en todo lo posible para que puedan rezar al D’s nuestro y el de nuestros ancestros del modo más agradable que sea posible. En caso de que requieran de un Sefer Torá, debería procurárselos del modo más respetuoso. Así, con tacto y mesura, procuraría calmar a las personas interesadas en participar de rencillas e instarlas a que se concentren en sus propias oraciones imbuidas de amor hacia todos los judíos. El Rabino del Kotel debería dirigir a las mujeres interesadas en leer la Torá en Rosh Jodesh hacia el área de «Ezrat Israel» y atender allí todas sus necesidades amable y respetuosamente. En caso de existir el temor de que otros judíos intenten ocupar el espacio de «Ezrat Israel» a la hora en que los reformistas y los conservadores se disponen a rezar, debería preocuparse de retirarlos en dirección a otras áreas del Kotel para que todos los judíos puedan sentirse hijos amados de HaShem en el Muro Occidental.

La ciudad que amiga a todos los judíos

Es necesario cuidar que impere la paz entre todos los judíos, especialmente en el área que rodea al Monte del Templo, y para ello, nuestros sabios ordenaron que se adopte una actitud más flexible en lo referente a las halajot y a los decretos. Nuestros sabios decretaron que durante todo el año el contacto con personas no cuidadosas en las cuestiones halájicas (‘Amei Haaretz’) impurifica, ya que entre estos había quienes no observaban las reglas de pureza e impureza. Pero a los efectos de no generar una separación entre los que peregrinaban al Templo, nuestros sabios decretaron que se debía confiar en la palabra de los ‘Amei Haaretz’ en cuanto a si estaban o no puros y por ende su simple contacto no impurificaba la carne de las ofrendas ni los demás alimentos. Ellos basaron su decisión en las palabras del versículo que reza: «Y se reunieron todos los miembros de Israel en la ciudad, amigos (‘javerim’) como si fuesen una sola persona» (Shoftim-Jueces 20:11) – ‘Cuando todos se reúnen, adquieren la categoría de ‘javerim’ y se confía en su declaración de pureza (Tratado de Jaguigá 26(A)). Asimismo, fue dicho: «Jerusalem, la ciudad que está construida como una sola unión (‘juvrá’)» (Tehilim-Salmos 122:3), que hace a todos los hijos de Israel ‘javerim’ (Talmud Jerosolimitano Tratado de Jaguigá 3:6).

Condena y discusión temporaria

Pregunta: Los reformistas y los conservadores cambiaron la halajá, por lo que se debe luchar contra ellos y contra sus malas ideas y no cederles espacio para que así desaparezcan.

Respuesta: En efecto, a veces, cuando comienza un fenómeno no deseado se adopta hacia él una actitud estricta para tratar de eliminarlo. Sin embargo, cuando percibimos que la condena y el distanciamiento no fueron efectivos, se debe regresar a los principios de la unidad judía. Respecto de los ‘Amei Haaretz’, vimos que muchos de ellos eran sumamente hostiles a los estudiosos de la Torá, tal como Rabí Akiva, quien diera testimonio de sí: ‘Cuando fui Am Haaretz decía para mis adentros: quién me diese un estudioso de la Torá para poder morderlo como un burro’ (Tratado de Pesajim 49(B)). Le preguntaron sus discípulos: ¿Por qué como un burro y no como un perro? Les respondió: porque el perro cuando muerde no quiebra el hueso, y yo quería morderlos cual burro que sí quiebra el hueso. ¡A ese grado llegaba su rechazo! Por lo tanto, los sabios decretaron que no se debe contar a un Am Haaretz para el Zimún. Sin embargo, más adelante, en tiempo de los sabios medievales, surgió la orden de contar para el Zimún a los ‘Amei Haaretz’ ya que la dura condena no había logrado hacerlos retornar en arrepentimiento, por lo que era mejor no alejarlos y no generar una discordia innecesaria (Tosafot, Shulján Aruj Oraj Jaím 199:3, Pninei Halajá Berajot 5:8). Esto se basó en las palabras de Rabí Yosei (Tratado de Jaguigá 22(B)) quien ordenara adoptar una actitud más flexible y tomar como verdadera la declaración de pureza del vino y el aceite de un Am Haaretz durante todo el año, ya que de no confiar en su palabra ‘cada uno erigirá para sí un altar y quemará para sí una vaca roja’.

Por lo tanto, en una primera instancia, cuando parecía posible dejar sin efecto la reforma, resultaba comprensible mantener viva la discusión. Pero una vez que, para nuestro pesar, se crearon diferentes altares y aprendimos que las luchas no fueron de utilidad, no corresponde continuar la controversia profundizando y ampliando la brecha en el seno del pueblo de Israel. Particularmente, esto no resulta apropiado en Jerusalém, nuestra ciudad sagrada, que amiga (hace ‘javerim’) a todos los judíos.

Cabe acotar que, lamentablemente, existen en la diáspora judíos allegados a los movimientos liberal, conservador y reformista, así como también en los márgenes del campamento jaredí, que se alejaron tanto de sus raíces y del Estado de Israel al grado de que se tornaron sus enemigos, boicoteándolo tanto a este como al Kotel. Por ello, cuando los alumnos de los movimientos conservador y reformista acuden al Kotel a rezar, corresponde bendecirlos por ello, darles la bienvenida y esperar que su postura se imponga en el seno de sus correligionarios.

Sinagoga

Pregunta: ¿Acaso el Kotel no es una sinagoga? ¿Cómo es posible que se permita a alguien conducirse en una sinagoga de un modo reñido con la halajá?

Respuesta: Por ello la adjudicación del área de «Ezrat Israel» es una solución justa. Por una parte, concede un sitio respetable a todos los judíos junto al Muro Occidental, y a la vez, dado que no se encuentra en la explanada de uso más antiguo sobre la cual recae el estatus de sinagoga, no se quiebra ninguna norma halájica referente a la conducta en una casa de oración.

Recuerdos de la comunidad de Breslau

Mi abuelo, el educador Prof. Yosef Wolk escribió en su libro (Keiom Etmol pág. 69) un artículo sobre la comunidad judía de Breslau, en la cual nació y creció, y que llegara a ser la tercera en magnitud en Alemania, caracterizándose por preservar la unidad entre los judíos de todas las corrientes y opiniones: ‘Esa unidad se consiguió a pesar de (o quizás gracias a) la dura lucha comunitaria que tuvo lugar a mediados del siglo XIX entre el representante de la más estricta ortodoxia, el Rabino Shlomó Tiktin (1791-1843) y Abraham Geiger (1819-1874), uno de los líderes del movimiento reformista que fuera muy radical en su desviación de la halajá’.

‘Tras el fallecimiento del Rabino Tiktin se logró un acuerdo entre los dos movimientos por medio de la creación de dos asociaciones poseedoras de idénticos derechos, y que detentaban la autoridad exclusiva sobre los aspectos de la vida religiosa de sus miembros. A la resolución del conflicto contribuyeron también los dos rabinos, el hijo y heredero del Rabino Tiktin, el Rabino Guedalia Tiktin que ejerciera el Rabinato entre 1843 y 1866, e Imanuel Yoel, el heredero de Geiger (ejerció entre 1863 y 1890). Ambos dos supieron superar las rencillas pasadas y las discusiones. Desde entonces y hasta los días finales de esta comunidad, los rabinos de ambas corrientes tenían el recaudo de mantener relaciones personales correctas y a veces inclusive amistosas’.

‘Solamente en Breslau era dable ver un sábado al mediodía a tres hombres ya no jóvenes, vistiendo galeras en el parque de la ciudad… de un lado Shraga Fish (Ferdinand) Rosenthal (1838-1921), rabino de la comunidad ortodoxa, del otro a Ya’akov Gutman (1845-1919), rabino comunitario de la sinagoga liberal, y en el medio a Marcus Bren (1843-1920), profesor del Seminario (fundado por el rabino Zejaria Frenkel 1801-1875), institución que conformaba la base del movimiento conservador) …’

‘Esta atmósfera predominante en nuestra comunidad tenía su expresión en el relativamente elevado número de miembros de la Organización Sionista… también el establecimiento de un colegio judío en 1920, del cual tuve el mérito de hallarme entre sus primeros alumnos, fue posible gracias al entendimiento mutuo entre los sionistas, incluidos los seculares, y los ortodoxos’.

‘Sobre los sellos de la comunidad de Breslau se ven dos palos de madera cruzados y bajo estos el versículo «y estarán unidos en tus manos», que de inmediato hace recordar el comienzo de este: «Y se acercarán uno al otro y serán para ti una sola vara» (Yejezkel-Ezequiel 37:17). Esta es la misión. Su recompensa – ¡la unidad!’

9 de Av

Dijeron nuestros sabios: ‘El Primer Templo, ¿por qué fue destruido? Por tres cosas que acontecían en él: idolatría, relaciones indebidas y derramamiento de sangre… pero el Segundo Templo, en el cual se estudiaba Torá, se cumplían los preceptos y se realizaban acciones de generosidad para con el prójimo, ¿por qué fue destruido? Porque había en él odio gratuito. Para enseñarte que el odio gratuito equivale en gravedad a los tres pecados: la idolatría, las relaciones indebidas y el derramamiento de sangre (Tratado de Yomá 9(B)). Todavía no sabemos si el pecado de los primeros o el de los últimos fue más grave. Respondió Rabí El’azar: Observad esto, el Primer Templo se reconstruyó tras setenta años mientras que el Segundo Templo continúa destruido’.

15 de Av

Dijeron nuestros sabios: ‘No hubo días buenos para el pueblo de Israel como el 15 de Av y el día de Kipur’ (Tratado de Ta’anit 30(B)). Yom Kipur es considerado como especialmente bueno ya que es un día de perdón y de expiación. Cabe preguntarse, ¿qué tiene de especial el 15 de Av? La Guemará trae varias explicaciones, y muchas de estas están vinculadas a la unidad del pueblo de Israel. 1) ‘Fue el día en el que se permitió que las tribus se casen entre sí’. 2) ‘Fue el día en que se permitió que la tribu de Benjamín vuelva a ser parte de la comunidad’ tras la gran guerra desatada entre esta y el resto de las tribus de Israel, a raíz de su apoyo a los malvados que torturaron a la concubina del leví. 3) Fue el día en el que se eliminaron los guardias que evitaban que los súbditos del norteño reino de Israel pasen al de Judea para peregrinar al Templo.

A veces, la superación de los sentimientos de odio y la necesidad de ser amable con aquellos que se le oponen por justos motivos, como, por ejemplo, el recuerdo de una guerra sangrienta con la tribu de Benjamín – es una aflicción más intensa que el ayuno de Yom Kipur. Por ello, la reparación del 15 de Av equivale en cierta manera al día de Kipur.

Quiera HaShem que en estos días que van del 9 al 15 de Av podamos incrementar la paz en el seno del pueblo de Israel, y así logremos retornar en completo arrepentimiento.

 

 

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