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Halajot previo a Pesaj

TZAV 2023

Halajot previo a Pesaj

Los productos cosméticos carentes de sabor no precisan ser aptos para Pesaj, pero hay algunos que sí poseen, por ejemplo, la pasta dentífrica y el lápiz de labios, los cuales sí requieren de kashrut. 

En el caso de los productos que son aptos para Pesaj pero su aspecto es de jametz, como en el caso de distintos tipos de wafles o galletas, estará prohibido ingerirlos o tenerlos en la casa si no poseen una diferenciación claramente visible de su versión jametz. 

Tampoco según la usanza de los ashkenazíes que tienen el recaudo de abstenerse de ingerir legumbres en Pesaj, cabe temer en lo que respecta a la quinua por lo que está permitido ingerirla. 

No debe afirmarse que la venta del jametz es imaginaria ya que desde el punto de vista judicial esta se lleva a cabo de un modo completo y absoluto. Y si bien en la práctica, la probabilidad de que un gentil venga a tomar el jametz resulta ser ínfima, de hecho, desde el punto de vista legal la venta tiene vigencia, o sea, no se trata de una venta ficticia sino formalmente legal. Asimismo, no tiene nada de malo realizar la venta vía internet ya que en la actualidad es común realizar numerosas transacciones a través de la red. 

En Pesaj se permite utilizar ungüentos y cremas corporales y demás productos cosméticos que carecen de sabor y tampoco requieren de kashrut para Pesaj. No obstante, los juristas debatieron respecto si en Pesaj se permite utilizar productos destinados a ser aplicados sobre el cuerpo cuando es sabido que tienen jametz en su composición. Hay quienes sostienen que la aplicación de cremas jametz está prohibida por prescripción rabínica tal como la ingesta de líquidos jametz, ya que por medio de las cremas el jametz es absorbido por el cuerpo y aunque no sea digno de ser ingerido por un perro, por cuanto que es digno de ser aplicado sobre el cuerpo se lo considera como jametz que no debe ser utilizado en Pesaj. De esto se desprende que resulta necesario utilizar champú, jabón y cremas aptas para la festividad. Por otra parte, están los que dicen que la aplicación de cremas en el cuerpo se considera como la ingestión de líquidos únicamente respecto de la prohibición de Yom Kipur y del aceite de una ofrenda, pero en lo que se refiere a las demás prohibiciones, estas aplican a la ingesta de alimentos y no a la aplicación de ungüentos o cremas corporales. Y si bien está prohibido tener cualquier tipo de disfrute o beneficio de jametz, dado que ya antes de Pesaj la pomada o la crema dejaron de ser dignas de ser comidas por un perro, queda sin efecto su estatus de producto leudado y se puede disfrutar u obtener beneficio de las mismas, y por lo tanto, se puede humectar con ella el cuerpo durante Pesaj. 

En la práctica, aunque se supiese que este tipo de productos cosméticos contienen jametz que recién ahora quedó inapto para ser consumido por un perro, dado que se trata de una duda respecto de una norma de origen rabínico, la halajá final se dicta según la opinión más flexible. No obstante, de hecho, en la actualidad no ocurre que productos cosméticos contengan jametz, por lo que generalmente incluso según la opinión más estricta – estos productos son aptos para Pesaj (Pninei Halajá Pesaj 8:9). 

Pasta de dientes y lápiz de labio

Tanto la pasta dentífrica como el lápiz labial, por poseer sabor – deben ser kasher para Pesaj.              

La kashrut de las medicinas en Pesaj

Medicamentos sabrosos tales como jarabes o pastillas para chupar o disolver en la boca – deben ser kasher para Pesaj. Mientras no se tenga la certeza que son kasher para Pesaj no podrán ser consumidos. Solamente quien se encuentre enfermo de riesgo y carezca de un buen medicamento sustitutivo podrá consumir aquel que no se tenga la certeza respecto de su aptitud, ya que la salvaguarda de la vida antecede en importancia a la prohibición del jametz. En caso de ser posible, es correcto estropear su sabor antes de Pesaj. 

Sin embargo, un medicamento carente de sabor no precisa kashrut, pues, aunque tenga mezclado productos leudados que en el pasado eran dignos de ser ingeridos, dado que en la actualidad no lo son ni en caso de gran necesidad, y ni siquiera son dignos de ser comidos por un perro, ya no recae sobre estos la prohibición del jametz. No obstante, hay quienes tienen el recaudo de no tragar medicinas amargas que posean mezcla de jametz ya que toman en cuenta la opinión de algunos pocos juristas que entienden que, por cuanto que el medicamento nos resulta de importancia, no entra en la categoría de indigno o no apto para ser comido por un perro y no se lo debe tragar por prescripción rabínica. Empero, la halajá final fue dictada según la opinión mayoritaria de las autoridades que permiten, sin revisión previa, tragar una medicina que no es digna de ser comida.  

Más aún, incluso si el medicamento fuese sabroso, casi siempre será kasher para Pesaj porque la probabilidad de que contenga jametz es muy pequeña, y mucho menos aún en la actualidad que abundan las personas sensibles al gluten. Por lo tanto, cuando resulta dificultoso revisar la kashrut para Pesaj de un medicamento carente de sabor – cabe confiarse en el hecho de que la mayoría de estos no contienen jametz y considerarlo kasher (Pninei Halajá Pesaj 8:7 final de la nota 9).

No se debe comer ni poseer alimentos que se ven como jametz

Hay quienes producen para Pesaj productos alimenticios que se ven como jametz, por ejemplo, wafles, galletas y panecillos. No obstante, si bien en la práctica carecen de jametz, mientras que se asemejan a productos jametz será oportuno abstenerse de ingerirlos durante la festividad, así como también de guardarlos junto a los demás alimentos kasher para Pesaj, no sea que ello induzca a comer jametz por equivocación. Este temor se incrementa año tras año ya que se acumulan las historias de judíos que, presas del error, terminaron ingiriendo productos leudados en Pesaj pensando que se trataba de un producto kasher. 

Por lo tanto, no se debe comer alimentos que parezcan jametz durante Pesaj, entre ellos ni galletas ni waffles, y solamente podrán ser ingeridos si su aspecto exterior fuera claramente modificado de modo tal que resulte evidente para todos.

La prohibición de hornear un pan cárnico o lácteo

Una suerte de fuente para esta norma podría ser el decreto de los sabios de que no se hornee una cantidad de pan lácteo o cárnico superior a la que suele ingerirse durante una sola comida, no sea que las personas se olviden que el pan es lácteo y terminen comiéndolo con carne o viceversa (lo cual es una prohibición rabínica, ya que no fueron cocinados conjuntamente). En caso de que por error lo hubiesen hecho, los sabios decretaron que esté prohibido ingerir del pan en cuestión (Tratado de Pesajim 30 A y B).

Únicamente podrá ser ingerido en caso de que se hubiere modificado la forma del pan de modo tal que los miembros del hogar entiendan que se trata de un pan diferente y entonces averigüen si es cárnico o lácteo. Sin embargo, una señal semejante no autoriza a hornear pan cárnico o lácteo para ser comercializado, no sea cosa que hubiese adquirentes que no prestaran atención a la señal. Solamente si se hiciese una marca claramente distintiva y que resulte comprendida por todos – se podrá hornear pan cárnico o lácteo, como es el caso del pan pita que trae adherido queso amarillo o una franja de carne (Shulján Aruj Yoré Deá 97:1, Pninei Halajá Kashrut 25:4).

¿Es correcto vender el jametz y aquellos productos que se dude que lo sean?

Pregunta: ¿Acaso es correcto vender los productos jametz que quedaron en la casa? ¿No cabe temer que se trate de una venta ficticia? ¿Y quizás corresponda adoptar una actitud más estricta y no vender productos que sean completamente jametz (jametz gamur) sino solamente aquellos sobre los cuales penda la duda (safek jametz)?

Respuesta: En el pasado no había necesidad de vender productos jametz porque no se acostumbraba a guardar alimentos jametz. En cambio, en la actualidad, a raíz de la producción industrial, existen numerosos productos que pueden ser almacenados por largo tiempo, y a los efectos de no perderlos es preciso realizar la venta. Además, hay productos alimenticios y medicamentos sabrosos respecto de los cuales se duda si contienen o no mezcla de jametz, y no corresponde eliminarlos en virtud de ello. Por lo tanto, lo correcto es venderlos en el marco de la venta de jametz y salir de dudas. Además, no cabe revisar en cada alimento si es completamente jametz o si se duda de que lo sea, pues se trata de un enorme esfuerzo que persona o rabino alguno pueden asumir a los efectos de poder aclararlo con total seriedad. Dado que la venta es indudablemente normativa, se puede vender en ésta productos que son completamente jametz sin temor.

Y no cabe afirmar que la venta del jametz sea ficticia, ya que desde el punto de vista judicial esta se lleva a cabo de un modo completo y absoluto. Y si bien en la práctica la probabilidad que un gentil venga a tomar el jametz resulta ser ínfima, de hecho, desde el punto de vista legal la venta tiene vigencia, o sea, no se trata de una venta ficticia sino que es formalmente legal. Asimismo, no tiene nada de malo realizar la venta vía internet ya que en la actualidad es común realizar numerosas transacciones a través de la red.

No se deben vender utensilios ni el jametz que se encuentre absorbido en ellos 

No se deben vender los utensilios jametz a un gentil pues de así hacerlo, pasada la festividad, resultará necesario llevarlos a sumergir a la mikve previo a su renovado uso. Tampoco se precisa vender el jametz absorbido o adherido a los utensilios ya que varias normas fueron establecidas para aclarar que se trata de una venta real, y cuando se escribe que se vende el jametz absorbido por los utensilios – esta parece ser no sería. No obstante, en caso de existir la necesidad halájica de hacerlo, se consideraría a la venta del jametz absorbido o adherido como seria. De todas maneras, desde el punto de vista de la Halajá no es preciso hacerlo ya que la prohibición de no ver ni poseer jametz (bal ieraé ubal imatzé) no aplica a los utensilios, y lo que se prohíbe es utilizarlos durante la festividad, no sea que salga de estos sabor a jametz que impregne a los alimentos. Por lo tanto, deben ser colocados en un sitio cerrado durante todo Pesaj.

La quinua según la usanza ashkenazí

Hay quienes adoptan una actitud estricta y se abstienen de ingerir quinua por asemejarse a las legumbres, y hay quienes adoptan una actitud flexible por cuanto que la costumbre de la prohibición no recae sobre ella por cuanto que comenzó a ingerirse solamente en la última generación. Además, los granos de quinua son mucho más pequeños que los de cereal, por lo que son fácilmente diferenciables. En la práctica, la opinión principal es la de los que detentan la actitud flexible, con la condición de que la quinua tenga supervisión de kashrut para Pesaj o se vea que no tiene mezclados granos de cereal entre los suyos.

Matzot cuidadas (shemurot) para la noche del Seder

Es un precepto positivo comer matzot shemurot en la noche del Seder. Hay quienes sostienen que es preciso cuidarlas desde el momento de la siega de las espigas (Rif, Rambám) y quienes entienden que alcanza con cuidarlas desde el momento de la molienda (Rashí, Rosh y otros). En la práctica, se acostumbra a tener el recaudo de cumplir el precepto de la ingesta de matzá en la noche del Seder con matzot shemurot cuidadas desde la siega (Pninei Halajá 12:2-3). 

Hay quienes proceden con mayor excelencia aun y tienen el recaudo de que la matzá shemurá esté hecha a mano, pues según muchas opiniones cuidar la matzá significa que esta sea amasada con la intención especial de que sirva para cumplir el precepto de ingerirla en la noche del Seder, y las máquinas carece de intención. Si bien según la Halajá las matzot hechas a máquina son kasher a priori, ya que alcanza con que se ponga en funcionamiento la máquina con la intención de que sea para observar el mandamiento, para el precepto de ingerir matzá en la noche del Seder, la hecha a mano es más excelente pues es elaborada con mayor consciencia y dedicación en aras de cumplir la mitzvá.

¿Corresponde adquirir matzot shemurot para consumir durante toda la festividad?

Pregunta: ¿Conviene cumplir con excelencia en los demás días festivos y comprar para ello matzot shemurot hechas máquinas y cuidadas desde el momento de la siega o cabe contentarse con matzot comunes cuyo costo es un tercio? 

Respuesta: Esta pregunta posee dos aristas: 1) Desde el punto de vista del precepto de ingerir matzá. 2) Desde el punto de vista del temor a ingerir jametz.

1) Según varias de las autoridades medievales (rishonim) y de las últimas generaciones (ajaronim) (Rosh, Gaón de Vilna y otros) es preceptivo ingerir un kazait de matzá en cada una de las dos comidas de cada uno de los días de Pesaj. Sin embargo, para ello, cabe contentarse con matzot comunes que también están cuidadas desde el momento de la molienda, y en caso de necesidad, se puede cumplir por medio de estas con el deber de ingerir matzá en la noche del Seder y obviamente que puede emplearse durante los demás días.

2) No obstante, desde el punto de vista del temor a ingerir jametz, las matzot shemurot representan una excelencia en el cumplimiento (hidur) ya que, de hecho, en las matzot comunes se teme que pudiera haber jametz mezclado puesto que a veces después de que los granos de trigo terminan de madurar y sus espigas se resecan caen a veces abundantes precipitaciones que hacen que parte de las semillas fermenten. Cuando se cuida el trigo desde el momento de la siega se tiene el recaudo de cosechar antes de que se seque y caigan sobre éste las lluvias, y posteriormente, se cuida de almacenarlo en un sitio seco por lo que no hay granos que pudieran haberse humedecido y fermentado. En cambio, en el caso del trigo común que es importado del extranjero, y es aquel del cual son elaboradas las demás matzot, resulta que hay granos que fermentaron tanto sea por causa de las lluvias caídas sobre estos tras haberse secado y quedado en el campo o por el agua que a veces se encuentra en el fondo de los depósitos de cosecha. Asimismo, se tiene un mayor cuidado con las matzot shemurot que con las comunes también durante el amasado. 

No obstante, en la práctica, según la opinión de todas las eminencias halájicas las matzot comunes son también aptas (kasher), ya que no cabe temer que posean más de un sesentavo de jametz en su consistencia. Si bien según la opinión más estricta cuando el jametz se anula antes de Pesaj en sesenta, al ingresar la festividad se despierta y torna a todo en prohibido (Pninei Halajá Pesaj 7:3-4) – ello es así a condición de que exista la certeza de que en efecto hubo allí jametz. Pero, de hecho, no se tiene la certeza de que hubiese ni siquiera una pizca de jametz en la caja de matzot comunes que tenemos ante nosotros, por lo que resulta kasher según todas las opiniones. De todas maneras, quienes cuidan minuciosamente se preocupan incluso de un mínimo temor de jametz, por lo que proceden con excelencia y comen matzot shemurot durante toda la festividad.   

  

     

 

     

     

  

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